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Ronaldo condena a Portugal a la agonía

Portugal se complica su futuro en la Eurocopa. Los lusos, que dominaron por completo el encuentro, fueron incapaces de firmar un tanto. Gran parte de esas ocasiones desperdiciadas fueron obra de Cristiano Ronaldo, que erró un penalti en el tramo final del encuentro. Tras el empate ante Austria (0-0), las posibilidades de clasificación siguen intactas para ambas selecciones en el grupo más incierto. 

Encuentro agitado

Se palpó la necesidad de ambas selecciones tras su tropiezo en la primera jornada. Portugal, como ya hizo frente a Islandia, salió a morder, con dos corner en apenas tres minutos de juego. El problema es que su ataque descontrolado les propició algún susto. Harnik, sólo en el área pequeña, cabeceó desviado cuando en la grada ya se coreaba el tanto. La ocasión, lejos de ser un estímulo para Austria, fue algo pasajero. La selección blanquinegra optó por frenar el continuo vaivén del partido que favorecía a los lusos y abogó por dormir algo el duelo, pero ni con esas frenaron el auge de Portugal.

Portugal ronda el gol  

No apareció Cristiano, pero sí Nani, que de nuevo se erigió como el mejor de los suyos. El extremo, goleador en su primer partido, generó un constante peligro sobre la meta rival. Primero, con un remate con la testa que salió desviado por encima del larguero; después, con una gran internada que le situó frente al guardameta. Ahí Almer se hizo grande: detuvo el mano a mano y le dio tiempo a despejar el posterior remate de Veirinha.

El otro futbolista destacado de Portugal fue Quaresma, la principal novedad en el once que alineó Fernando Santos. Fue un puntal por la banda diestra, donde desbordó de forma constante. Atrás, en la retaguardia lusa, emergía la figura de Carvalho, encargado de enmendar algunos errores de sus compañeros en la salida de balón. Sin embargo, al margen de jugadas aisladas, el conjunto de rojo tomó las riendas del encuentro, con André Gomes como principal batuta en la medular.

En torno a la media hora de duelo, los lusos intensificaron su posesión y pudieron abrir el marcador, por medio de Cristiano, que se dejó ver en un par de acciones, y Nani, que golpeó en el palo. El problema de Portugal parecía claro: la escasez de gol. Al filo del descanso, los lusos decrecieron su intensidad, tras haber impuesto un ritmo excesivamente alto. A balón parado, Alaba pudo sorprender, pero Veirinha, bajo palos, evitó el desastre. El colegiado señaló el final del primer periodo, con el 0-0 aun persistente. 

Aparece Cristiano

Tras la reanudación, Austria volvió a meter el miedo en el cuerpo de los portugueses con una manifiesta oportunidad. Ilsanker impactó un gran derechazo pegado al poste, pero Rui Patricio, con una magnífica intervención, mantuvo intacto el marcador. De nuevo fue una ocasión aislada, ya que la posesión fue cosa de Portugal desde el primer instante. Sin embargo, los lusos no alcanzaban el área rival con la facilidad del primer periodo, por lo menos hasta que emergió Cristiano.

El portugués, desaparecido durante todo el duelo, sacó a relucir su versión más ofensiva. El jugador del Real Madrid sacó un potente disparo desde veinte metros que obligó a Palmer a lucirse. Apenas dos minutos después, el ariete volvió a disponer de una buena ocasión a balón parado, pero su cabezazo picado de nuevo fue detenido por el meta de Austria, que demostró una gran habilidad con las manos, y no tanto en el juego de pies. También lo intentó de falta Ronaldo, pero no encontró portería.

Un penalti frustrado

Austria, ya sin Alaba sobre el césped, era incapaz de superar con frecuencia el centro del campo. Portugal volcó su juego a la banda, y de ahí sacó provecho. Hinteregger derribó a Cristiano cuando se disponía a rematar en boca de gol, y el colegiado, además de señalar penalti, le mostró la cartulina amarilla. Como no, el tres veces balón de oro asumió la responsabilidad, todavía con el penalti de Milán en la memoria. En esta ocasión su lanzamiento salió repelido por el poste.

Todavía yacía con la mirada baja Ronaldo, cuando consiguió anotar de cabeza. O eso parecía. Su lamento se acrecentó cuando el linier, de forma correcto, indicó fuera de juego. Otro mazazo del que ya no se levantó nadie en las filas de Portugal, que fueron incapaces de deshacer el empate pese al gran cúmulo de oportunidades. Austria se dio por satisfecha con la igualada después de un discreto encuentro. 

Alberto Puente

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