La princesa que confundió Euskadi con China

Nos habían dicho que Corina Randazzo encarnaba a la perfección el ideal de la princesa de los cuentos de hadas, "es rubia, hermosa y derrocha dulzura allá por donde va", pero ni Cuatro ni la productora de "Un príncipe para Corina", Eyeworks España, habían precisado que lo que querían era potenciar el nocivo dicho popular de que "todas las rubias son tontas".
Sólo así se puede entender que en su segunda entrega, la del pasado domingo, la protagonista se mostrara sorprendida al ver una ikurriña en una de las habitaciones de sus pretendientes, preguntando a su hermana y a su mejor amigo de donde era dicha bandera. Como ninguno de ellos demostró tener muchos más conocimientos que Corina, ésta, sin ningún pudor, afirmó muy seria, que "debe ser de China", al recordar que entre sus posibles novios había uno con rasgos orientales.
Es de suponer que ninguno de los miembros del Ejecutivo vasco, o de partidos nacionalistas de dicha comunidad, formaba parte en ese momento del 1.500.000 espectadores que vieron esta segunda entrega del "reality", porque a buen seguro que ya habrían movido todos sus hilos para pedir que se restañara de inmediato tamaña afrenta.
Claro que a lo mejor consideran que esa cifra, que correspondió a un 7,4% de cuota de pantalla y que apenas supone un aumento de 200.000 personas con respecto al personal que vio una semana antes el estreno del programa (cifras muy bajas para lo que esperaba Mediaset con este proyecto), no sea suficientemente representativa para ellos y no quieran que, con las quejas y demás réplicas, pudiera llegar a más público esa vergonzosa comparación de su enseña.
El nivel cultural en general de todos los participantes en "Un príncipe para Corina" tampoco es como para celebrar las excelencias de la educación española, toda vez que ni sabían los diez mandamientos (algo que puede ser imperdonable a partir de ahora con la aprobación de esa ley que quiere equiparar la Religión con el resto de materias), ni dónde estaban situadas en un mapa la mayoría de las provincias españolas. Vamos, lo ideal para que lo vean los niños y traten de imitar sus "conocimientos".