El médico no puede obligar a alimentarse a una persona, aún cuando pueda morir
No hay otra opción: "es una persona libre, sin enfermedad psiquiátrica que pueda hacer pensar que no está en condiciones de decidir, sin coacción o amenazas, como puede suceder en el caso de los presos", ha añadido el doctor, que ha recordado que la Ley de Autonomía del Paciente es "muy clara" a este respecto.
Además, "se supone que está correctamente informada de las consecuencias de su decisión" y que se la está haciendo un buen seguimiento por si cambiara de opinión, añadido Gómez Sancho.
Distintos son los casos que se producen con jóvenes anoréxicas que se niegan a alimentarse, en cuyo supuesto "habría que hacer una evaluación psicológica para conocer si realmente es capaz de adoptar libremente esa decisión".
Asimismo, con las personas privadas de libertad, el médico debe asegurarse "muy bien que esa decisión ha sido tomada de forma libre, sin presiones ni coacciones".
"Si queremos que esta mujer (Aminatu) vuelva a comer, está muy claro lo que hay que hacer, darle un pasaporte como Dios manda y que se cumpla con lo que se le había dicho", ha concluido.