"La medicina paliativa requiere una sensibilidad especial"
El doctor Carlos Centeno es el coordinador de la Unidad de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra desde el año 2004. Ha dirigido, asimismo, grupos de trabajo en la Sociedad Europa de Cuidados Paliativos (EAPC) y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL). Firme defensor de la especialidad frente a la opción de la eutanasia, Centeno señala también los avances que se están produciendo en el campo de la investigación y el desarrollo médico y farmacológico. Cerca de 200.000 españoles y un millón de familiares directos se ven afectados por enfermedades terminales.
-¿Qué es y en qué consiste la medicina paliativa?
-Es un modo especial de tratar pacientes. No es posible la curación, así que a diferencia de otras especialidades, debe ir encaminada a aliviar el sufrimiento en todas las esferas: física, emocional, social, espiritual y familiar. Al mismo tiempo, es necesario un equipo multidisciplinar, donde además del médico, haya psicólogos, personal de enfermería, un religioso y un trabajador social. Todos deben tener una especial sensibilidad y capacidad para orientar y apoyar al enfermo y a su familia.
-El último informe de la SECPAL constata que, a pesar de la desigualdad territorial, se han dado importantes pasos en los últimos años.
-La medicina paliativa ha avanzado mucho. Ha desarrollado nuevos fármacos en áreas como la depresión y el estreñimiento, que afectan con frecuencia a estos pacientes. Asimismo, se ha avanzado en la creación de nuevos programas y servicios, tanto hospitalarios como a domicilio.
-¿La comprensión y la comunicación son instrumentos fundamentales en la formación de los agentes sanitarios de cuidados paliativos?
-Sí, por supuesto, y creo que se está mejorando mucho en esos aspectos. Toda la Sanidad está cada vez más concienciada de ese modo especial de hacer las cosas que necesita la medicina paliativa. Estos pacientes necesitan una atención especial: es básico sentarse a su lado en la cama y saber escucharlos.
-¿Cuál debe ser el papel de la familia?
-En realidad, es la gran cuidadora del enfermo. Pero también hay que saber cuidarla a ella. Debemos potenciar su papel, detectando el momento en que empieza a sentirse 'quemada'. En la actualidad, cada vez más nos encontramos con familias desestructuradas o donde el trabajo impide que puedan estar con esos pacientes. La sanidad tiene que crear recursos que unan lo social con lo sanitario. La familia sufre mucho, por eso es esencial dar al apoyo al cuidador.
-En ocasiones, hablar de cuidados paliativos suscita el debate acerca de la eutanasia.
-Según mi experiencia, los dilemas éticos que surgen al final de la vida se diluyen cuando se aplica la medicina paliativa. No es una solución para todo, pero sí un bálsamo. Cuando se ayuda a los pacientes, cuando se está con ellos y se escuchan sus problemas, quieren vivir, olvidarse de otras ideas.