sábado, mayo 4, 2024
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El ciclón Domingo llegó a Madrid

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A estas alturas pocos dudan que Plácido Domingo sea el mejor tenor de todos los tiempos. Para una es una suerte ser contemporánea suya y poder gozar del honor de verle actuar en directo. Otras generaciones deberán consolarse con los DVD, que no dudo serán maravillosos, pero nunca igual.

A su capacidad lírica une una impresionante formación musical, fuerza en el escenario, mente privilegiada y gran capacidad de trabajo.

No es de extrañar que con estas cualidades el señor Domingo sea una de las personalidades más influyentes del panorama musical. También así se comprende que haya roto todos los esquemas e incluso tópicos que hasta ahora guiaban la carrera de los cantantes, limitándoles el repertorio para no perjudicar la voz.

En esta nueva etapa de su vida, Plácido ya cambia las programaciones de los teatros. Si quiere cantar Wagner, todos los teatros hacen cola. Últimamente quiso probar con el repertorio barroco y también sorprendió gratamente a todo el público. Este año eligió la cuerda de barítono con Simón Boccanegra de Verdi y La Scala de Milán, así como Berlín, Nueva York, Londres se han rendido a su arte.

Ahora ha tocado Madrid. Su Madrid. En una producción escénica debida a Giancarlo del Mónaco y que fue estrenada en el Teatro Real, concretamente en el 2002, con un barítono-barítono: Carlos Álvarez como Boccanegra.

A todo esto, recientemente Plácido ha sido intervenido quirúrgicamente y ha cantado el Viva España en el vestuario de la “roja” en Sudáfrica.

Como es natural, no ha ensayado. Se sabe de memoria, por lógica, la partitura y también la producción. Tampoco lo ha hecho su partenaire Angela Gheorghiu. Ellos llegan, se rodean de un magnífico reparto que incluye nombres como Furlanetto o Giordani, actúan en tres funciones, una de las cuales retransmitida en directo, en pantalla gigante situada en la Plaza de Oriente.
También una rueda de prensa en la que se convirtió en periodista, preguntando a sus compañeros de reparto.

Así es Plácido Domingo, genial e hiperactivo. Cumple cada año su compromiso con Madrid y espero lo siga haciendo. Se lo agradecemos. Pero tengamos claro que cuando acaban los aplausos, seguramente ya está en Nueva Zelanda, como mínimo.

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