El domingo pasado, Thomas Kingston, de 45 años, esposo de Lady Gabriella Windsor, hija del príncipe Michael de Kent y prima de la fallecida reina Isabel II, fue hallado muerto por su padre tras llegar de pasear a su perro sobre las 18:00 horas del domingo 25 de febrero de 2024 en una vivienda de su propiedad en Gloucestershire, al oeste de Inglaterra, según informó el palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real británica, los servicios de emergencia recibieron una llamada, pero desgraciadamente no se pudo hacer nada por salvar su vida.
La pareja, Lady Gabriella y Kingston, quien se desempeñaba en el sector financiero, contrajo matrimonio en mayo de 2019 en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor. La ceremonia contó con la asistencia de destacados miembros de la familia real, incluida la reina Isabel II, el príncipe de Edimburgo, el príncipe Carlos y Camila. También estuvieron presentes Harry y Meghan, justo un año después de su propia boda.
Durante el funeral de Constantino de Grecia en Atenas, hace un año, se reunieron las principales casas reinantes de Europa, con notables ausencias como la del príncipe William y Kate Middleton. En su lugar, asistió lady Gabriella Kingston, quien representó a su primo segundo William y a su esposa, según fuentes del Palacio de Kensington.
Lady Gabriella, también conocida como Ella Windsor, es la hija menor de los príncipes Miguel de Kent y ha mantenido una estrecha relación con la familia real británica a lo largo de su vida.
Desde Buckingham Palace han expresado un gran dolor por el fallecimiento del marido de Lady Gabriella Windsor, prima segunda de Carlos III: » El Rey y la Reina han sido informados de la muerte de Thomas y se unen al Príncipe y la Princesa Michael de Kent y de todos aquellos que lo conocieron en el duelo por un miembro muy querido de la familia. En particular, Sus Majestades envían su pésame a Gabriella y a toda la familia Kingston».
Dada la naturaleza de la muerte, que ha sido completamente repentina, será investigada por la policía británica, aunque la policía está convencida de que la muerte no es sospechosa.