‘Soplapolleces’ e impuestos
Anda el Gobierno, sector Rubalcaba, girando a la izquierda que da gusto verlo. Levantada la veda por el propio Rubalcaba, culpando a los bancos de casi todo para acercarse al movimiento 15M, no hay día que no aparezca un ministro de su cuerda que les pegue un palo a los banqueros y a los ricos en general, pidiendo que se les suba los impuestos, en una de las maniobras más demagógicas y burdas de estos inicios de campaña electoral. Quieren demonizar a los ricos y a los banqueros porque, al parecer, son los explotadores. Como a principio del Siglo XX. Como aquellos tipejos regordetes con chistera, puto y levita.
Desconozco si el mal llamado P Punto se ha dado cuenta de que los grandes banqueros españoles como los grandes empresarios españoles tienen ya la mayor parte de su negocio fuera de España. De memoria creo recordar que para el Banco de Santander su negocio en nuestro país no va más allá de 17% del total. Desconozco también, en cualquier caso, si en eso de los ricos banqueros ha metido también a los socialistas que han llevado a la ruina a las Cajas de Ahorro como, por ejemplo, Juan Pedro Hernández Moltó con CCM, porque doy por supuesto que meterá en el saco a todos los presidentes de cajas del PP.
Lo que hace no tener una sola idea que llevarse a la boca…
Luego, lógicamente, viene la parte del Gobierno, sector Zapatero, que dice que eso de subirle el dinero a los ricos, naranjas de la China. La vicepresidenta Salgado dice, en nombre de ZP, que no está previsto subir los impuestos a los banqueros y a los ricos. Entre otras cosas porque es el chocolate del loro. Esa subida no supone dinero porque son muy pocos y muy listos. Que donde se recauda de verdad es en el IVA y en el IRPF.
Los impuestos que gravan a las mayorías.
En definitiva, que en el Gobierno andan como en La Parrala: unos dicen que sí y otros que no.
Tan bochornoso espectáculo están dando que ha tenido que salir Cándido Méndez a poner un poco de cordura. A su manera. Sin perder el pelo de la dehesa. Pero diciendo una verdad como un templo. Cree el Secretario General de la UGT que todo esto no son más que “soplapolleces”.
Yo sería algo más fino al definirlas, pero no andaría muy lejos.