¿Larga vida a Gran Hermano y otros realitys?
Tengo que empezar diciendo que a mí cada día me aburre más la televisión, y con la televisión me refiero a los programas de cotilleos y los realitys, cada vez más absurdos, que se inventan las cabezas pensantes de las productoras y que en muchas casos ni si quiera piensan sino que se limitan a plagiárselos a otros canales internacionales.
El último gran invento que se les ha ocurrido ha sido la versión española de 'Starts in danger' un programa que lleva años emitiéndose en un canal alemán y que consiste en ver cómo los famosetes se lanzan a la piscina. Entre las caras que podremos ver estarán Anita Obregón, que pensaba que ya había desaparecido del mapa, Álvaro Muñoz Escassi, que debe tener más ganas de televisión después de participar en 'Supervivientes' y la concejala de Los Yébenes, Olvido Hormigos, famosa por la filtración de un vídeo en el que aparecía masturbándose. Vamos todo un gustazo de programa, que vete tú a saber, a lo mejor es un éxito, en este país nunca se sabe.
Y entre tantos realitys hago un recuento de cuántos se han podido hacer desde los años noventa en este país. Alguien se acuerda de ¿El Bus? o ¿Confianza Ciega?, ¿Estudio de actores? o ¿Pop Star? Tal vez mejor olvidarlos, pero no hay que hacer tanta memoria para encontrar ejemplos de lo más absurdos como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', 'Granjero busca esposa', 'Hijos de papá', 'Las joyas de la corona' o el siempre inimitable 'Gran Hermano'.
Por lo menos, Gran Hermano y su ojo que todo lo ve lleva ya 14 ediciones y de él han salido más de un casposo que se ha sabido mantener en la televisión año tras año. Para la revista Interviú también han sido un filón las concursantes del reality, como se demuestra en el suplemento especial que está en los kioskos, ya que casi todas han pasado por la revista para fotografiarse casi desnudas y encantadas de haberse conocido.
Gran Hermano 14 se estrenó este lunes en Telecinco con un nuevo éxito de audiencia y es que los fieles al reality no pierden ojo año tras año de lo que ocurre en la casa. La productora del programa, Zepelin, busca desde las últimas ediciones renovarse y para ello introduce las más pintorescas situaciones e iniciativas. El año pasado metió a los concursantes en una casa de lo más atípica con una ducha transparente, una cama en mitad de la piscina y una casa en versión liliput dentro de la principal. Vamos, todo un derroche de ingenio. Además, para rematar, el programa no se llamó Gran Hermano 13 sino GH 12+1.
Este año han querido seguir la estela de originalidad y han hecho entrar a los concursantes tirándose al vacío, de hecho uno de ellos, con un aspecto bastante pintoresco, por llamarle de alguna manera, se tiró sin engancharse a la tirolina, y como no, se lesionó, convirtiéndose en la atracción del programa. Y es que el tal Álvaro entre la pinta que tiene y la demostración de sensatez que hizo, para mí se ha ganado el apodo de "el torpe".
Veremos como continúa esta última edición de Gran Hermano y qué sorpresas esperan a los espectadores. Eso sí, he de reconocer que a pesar de que yo no sea demasiado fan del añejo reality, que es más, me aburre bastante, admito que es un auténtico hito que tras catorce años continúe en nuestros televisores y con tanto éxito. No me olvidaré de la primera vez que oí hablar de Gran Hermano. Aún estaba en el colegio y le dije a mi amiga Lolita: "Acaba de empezar un concurso en el que meten a un montón de gente en una casa y les graban las 24 horas del día". A lo que ella contestó: "¡Qué locura!, ¿cómo se les ha ocurrido eso?". Pese a nuestro asombro inicial, confesamos que estuvimos unas cuantas ediciones enganchadas, pero tal vez es el momento de retirarse.