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A TVE se le para el reloj

Menos mal que no tiene publicidad. Si sin anuncios es capaz de empezar una retransmisión con nueve minutos de retraso, no quiero ni imaginarme cuánto tendrían que haber tenido que esperar los aficionados al baloncesto para haber visto este domingo el comienzo del Real Madrid-Barcelona.

Sí, es que la cadena pública no sólo hace aguas en audiencias sino también entre los "técnicos" que se encargan de su programación. Sólo así se puede entender que anunciara en su oferta dominical la película ¡Alto o mi madre dispara! a las 17:40 horas y el partido de baloncesto a las 19:00 horas, cuando con mirar en cualquier página web podrían haber comprobado que el largometraje tenía una duración de 87 minutos.

Que tenían que pelotear casi diez minutos más los jugadores en la cancha, pues que pelotearan, que para eso les pagan. Eso debió pensar el genio televisivo que incluso se atrevió a meter entre uno y otro espacio un concurso telefónico, Besos para todos, en el que no se sabe si ganan más los espectadores afortunados, los premiados, o la propia casa con lo recaudado con los SMS (apuesten por esto último).

Hace poco, al habitual presentador de los partidos de basket de la casa, Arsenio Iglesias, que se hace llamar Arseni por aquello de ser catalán, casi se le hinchaba la vena a lo Patiño porque la ACB, según él, había decidido empezar el tercer cuarto de un partido antes de tiempo y ellos habían conectado por tanto cuando el juego ya se había reanudado.

Que si falta de respeto, que si así no puede crecer el baloncesto... Nada por cierto del otro "lumbreras" de la casa que no vio por línea interna que el choque había ya comenzado mientras ellos estaban con "apasionantes" reportajes o autopromociones del canal.

Este domingo no se autoinsultó ni se culpó de ser uno de los culpables de que a la gente ya no le guste ver el baloncesto en la pequeña pantalla, por mucho que, lógicamente, un Real-Barça que se presuponía como el de la "humillación catalana" (al final la misma se quedó en "sólo" catorce puntos) le diera en esta ocasión más audiencia de la habitual.

A los que no les gustó tanto el retraso fue ni al respetable presente en el Palacio de Deportes madrileño, que lo exteriorizó con pitos, ni a los aficionados que esperaban verlo por televisión, que tiraron de las redes sociales para cargar contra TVE. A éstos ya no engañarán más las próximas quejas del tal Arsenio.

La mosca