jueves, abril 25, 2024
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Albert, Quo Vadis?

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Como se preveía, cualquier intento de pacto que no contara con el Partido Popular, vulgar e injustificadamente marginado estos meses, no ha conducido a ningún Gobierno.  Y era lógico. Despreciar a la formación más votada, con millones de votantes detrás, no llevaba a ningún lado, teniendo en cuenta dos premisas que se pusieron encima de la mesa tras los comicios: que Podemos no iba a pactar con Ciudadanos y viceversa, y las presiones internas de los barones socialistas a su secretario general, que impedían poner en cuestión, como pretendía Pablo Iglesias, la unidad de España.

Me alegro mucho de esto último, aunque entiendo que esta maniobra se debe más a un ardid para acorralar a un líder que se pretende deponer, que a una cuestión de principios y sentimientos, pues todos conocemos la postura del PSOE sobre la nación española, que es un concepto “discutido y discutible”. Una posición que, claro, vista desde la actualidad, parece hasta aceptable cuando se comprende que Podemos considera que es un asunto que ha de someterse a referéndum no por todos los españoles, sino solo por aquellos que viven en Cataluña y País Vasco. Democracia real, gritaban hace unos años. Pues toma, a recortar el censo según interese.

En cualquier caso, no deseo reflexionar sobre las dos formaciones anteriores. Reconozco que me quedo sin argumentos ante aquellos que consideran detalles insignificantes valorar a Otegui un hombre de paz y alegrarse por su excarcelamiento, o los que creen baladí que con Zapatero subiera en 2,9 millones el número de desempleados. Si esto no es importante, ¿qué lo es? Además es públicamente manifiesto lo que indico, con lo que abundar en ello es casi innecesario.

Ciudadanos ha sido capaz de firmar un pacto con Sánchez, del que trata de distanciarse  porque a veces los titulares entierran la letra pequeña.

Lo que no es tan notorio es quizás lo que ha sido capaz de firmar Ciudadanos en su pacto con Pedro Sánchez, del que ya trata Albert Rivera por todos los medios de distanciarse, porque a veces los titulares entierran la letra pequeña de lo que se firma. Un documento que se estructuró bajo los mismos epígrafes en los que se organizaba el pacto socialista original propuesto por los mismos. Por ello, un breve repaso esquemático merece la pena:

Rivera: “con este pacto no se suben impuestos”. ¿No? Pues su firma rubricaba aumentar el impuesto de Sociedades eliminando la totalidad de los beneficios fiscales y exenciones del mismo y armonizaba el impuesto de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio, lo que en la práctica suponía subirlo a muchos españoles. Para que se entienda con dos ejemplos. Un hijo que recibiera una herencia de 100.000 euros actualmente paga en la Comunidad de Madrid 124 euros de impuestos. Con el pacto se hubiera pagado 12.407 euros. O un hijo que recibe de su madre un negocio valorado en 360.000 euros en lugar de pagar 707 euros en la capital de España, hubiera tenido que abonar con el pacto firmado 70.731 euros, Rivera: “Nadie puede romper la igualdad y la convivencia de los Españoles”. Recuperar la Ley de Memoria Histórica, la Ley de Plazos de Bibiana Aído, que permitía abortar a las jóvenes de 16 y 17  años sin consentimiento paterno (lógico porque en el pacto no se hablaba en ningún momento de la familia a pesar de que era un documento de 66 páginas con 406 propuestas), reformar la Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia, específicamente en lo que se refería a la confesión mayoritaria en España, la católica, y legalizar la eutanasia no parece que fueran cuestiones que fueran a generar lazos más profundos entre los españoles.

El líder de Ciudadanos también dijo estar comprometido con la estabilidad presupuestaria y con Europa, a pesar de acordar con los socialistas un aumento del gasto público bastante significativo y redefinir el alcance del artículo 135 de la Constitución que establece que “todas las administraciones públicas adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria”. Una grave irresponsabilidad.

Por otro lado, también es bueno saber que C´s proponía eliminar el Consejo General del Poder Judicial y con el pacto firmado el CGPJ no solo no desaparecía sino que sus miembros iban a ser evaluados por un Comité Asesor compuesto por personas propuestas por los grupos parlamentarios. En el mismo también nos encontrábamos con el “ingreso mínimo diferencial”, muy similar a la “renta diferencial” de Podemos, que en el fondo era una subvención al empresario camuflada en humanitarismo. O la reforma exprés de la Constitución, que pretendía cambiar nuestro sistema de convivencia entre el primer mes y el sexto de legislatura en aspectos tan importante como la organización del Estado sin haber consultado con el partido más votado ni exponer claramente que pretendían con ello.

Así podría seguir, pero sería muy largo. Sólo he querido dar unas cuantas muestras de lo que fue capaz Ciudadanos de pactar con el PSOE, y no por el bien de España, sino por alcanzar Gobierno. Pues no es lo mismo no cumplir el programa electoral por imposición de los acontecimientos, como a veces ocurre cuando se gobierna, donde la realidad obliga a pisotear los compromisos adquiridos, no por voluntad propia, sino de los diferentes agentes que hoy condicionan el mundo, que no cumplirlo sin ni siquiera haber tenido responsabilidad alguna.

En fin, que cada cual valore. Pero es difícil creer a Rivera cuando indica que con el PP no podía pactar por la corrupción cuando en su pacto hizo amnistía en esta materia al PSOE, formación que tiene el honor de ser el partido con más cargos investigados (320), antes llamados imputados, lo que ni me consuela ni me alegra, dicho sea de paso. Albert, esto se lo tendrías que haber gritado tú a Pedro, pero ya que no lo hiciste, te lo pregunto yo a ti, Quo vadis?

Antonio González Terol

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