sábado, abril 20, 2024
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¡Queda inaugurado este pantano!

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Con la nueva Ley Orgánica del Régimen Electoral General a partir del próximo lunes, fecha en que se convocarán los comicios, ya no se podrán hacer más inauguraciones. Pero claro, hasta que llegue ese día, nuestros políticos se van a hartar, si bien, no lo harán con tanto ruido ni medios pues la crisis también ha llegado a la parafernalia.

El caso es que los últimos días han sido frenéticos, menos Zapatero que con la crisis de Libia, no ha podido inaugurar nada –tenía previsto hacerlo el pasado fin de semana en León- el resto de políticos van están aprovechando hasta el último minuto para cortar la cinta.

Esperanza Aguirre, por ejemplo, se hizo la foto de la ampliación  de la línea 2 del metro y ayer mismo tuvo que compartir escenario con los alcaldes “sociatas” de Fuenlabrada y Leganés en la puesta en marcha de la nueva M-407 que conecta estos municipios. En esta precampaña –al menos por el momento- la presidenta de Madrid no nos ha regalado el sainete de hace cuatro años de inaugurar servicios hospitalarios con la misma máquina, que pasaba de hospital a hospital, o que se cerraban al marcharse pues no había ni medios ni personal para que funcionara.

En el caso de Gallardón, ya se está quedando sin río ni pasarelas para inaugurar. Eso sí, todavía le queda su gran pirámide: la nueva sede del Ayuntamiento en la Plaza de la Cibeles.
 
Lo cierto es que se han inaugurado muchas cosas y otras tantas que quedan hasta el lunes. Cabe preguntarse, por tanto, si los políticos, los dos citados y el resto, hacen sus propuestas electorales pensando en los ciudadanos o en la campaña. De hecho, muchas obras se inician a mitad o final de legislatura para que estén listas en vísperas de las elecciones y el ciudadano tenga más fresco su recuerdo.
 
Con la nueva ley, la fiebre por inaugurar obras provoca situaciones tan estúpidas como poner en marcha un servicio o construcción durante el acto oficial y continuar trabajando o rematando detalles cuando acaba la visita del político de turno. En Madrid ha ocurrido.

Pero volviendo a Aguirre y Gallardón, la campaña de inauguraciones de este año se presenta, para ambos, agridulce y con una mueca en lugar de una sonrisa en la boca. Y es que los números y las cuentas no acompañan. Por ejemplo, la presidenta de la Comunidad no puede presumir ahora de que la economía de Madrid es la “locomotora de España” ya que en 2010 no solo se ha estancado, sino que hasta ha perdido posiciones. El PIB de Madrid creció apenas un 0,002% durante el año pasado, muy por debajo del aumento de Navarra (1,85), País Vasco (1,25) o Cataluña (0,15).

Si miramos al Ayuntamiento de la capital, las cosas no están mucho mejor con un alcalde identificado con el despilfarro y que ha acumulado una deuda de 7.200 millones de euros, la más grande de España y una de las más altas de capitales europeas. El último dato conocido es muy preocupante para Madrid, porque serán los madrileños quienes sigan rascándose el bolsillo.  El Ayuntamiento cerró el ejercicio 2010 con un déficit de 754 millones de euros en lugar de los 123 millones de superávit que había presupuestado Gallardón.

Por cierto, nuestros políticos inauguran estaciones de metro, jardines, escuelas, estaciones, trenes y un montón de cosas y servicios útiles e incluso inútiles, pero ya no inauguran pantanos. Una de dos, o ya no se construyen o los que se levantan se ponen en marcha con sordina para no tener que pronunciar esa frase.

¿Usted qué cree?

Editorial Estrella

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