viernes, marzo 29, 2024
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Nietos ¿del franquismo?

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La característica más llamativa de la principal manifestación de apoyo a Baltasar Garzón, la de Madrid, fue que participaron miles de jóvenes. Por su edad era evidente que no habían vivido el franquismo. Algunos tenían una idea general de lo que fue por lo que les habían explicado padres o abuelos. En la mayoría de los casos, los conocimientos sobre la transición se reducen a un par de documentales, al equidistante capítulo que suele ocupar en los libros de historia del bachillerato o a un edulcorado episodio de Cuéntame.

No tenían edad ni de anidar rencor ni de reabrir heridas, pero calificaban de «alucinante» que un juez pueda ser apartado de su carrera por una iniciativa contra los crímenes de la dictadura por otro juez al que consideran parte en la disputa. Algunos llevaban a sus abuelos al lado, pero la mayoría los había perdido por causas naturales o los tenían en casa. Aun así, se pusieron la pegatina de «nieto».

Los dos principales partidos deberían extraer lecciones de la protesta. El del Gobierno, por una Ley de Memoria Histórica que no ha resuelto el principal problema, el de hacer posible que los familiares puedan sacar a sus muertos de las fosas comunes para cicatrizar, así sí, las heridas. Después de toda la crispación que generó su trámite, el resultado se reduce a declaraciones sobre la reparación del honor y a algunos mapas de fosas comunes. Sigue sin haber un sistema y, lo que es peor, dinero para excavaciones, exhumaciones y análisis.

Aunque no apoyara la ley en el Congreso, el PP tampoco ha hecho ningún esfuerzo para marcar las distancias con una dictadura en la que sólo su presidente fundador tuvo cargos de relevancia. La polarización de la política en este país hace que muchos los sigan considerando herederos del franquismo. Los conservadores acusan al Gobierno de «poner en riesgo la democracia» y llaman «carcamales» a los que protestan. El Gobierno, por medio de José Blanco, los acusa de «jalear a los falangistas». Luego, todos piden mesura.

Luz Sanchis

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