viernes, abril 26, 2024
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La corrupción como velo

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La política, como profesión y como actividad de servicio público, debería ser la primera en reaccionar contra los casos de corrupción. Tampoco vamos a escandalizarnos ahora, ni insistir en subrayarlo, porque estas reacciones, la mayor parte de las veces en lugar de ser la adecuada, se convierta en un rifirrafe retórico entre unos y otros (mira lo tuyo, y tú más, etc.). Pero sería conveniente que ni una cosa ni otra, ni la retórica ni la reacción adecuada, dejara de lado el resto de preocupaciones que los ciudadanos, en ocasiones aunque les pese, han dejado en manos de los políticos. Y los que ahora están sobre la mesa son de extraordinaria gravedad.

El PSOE parece encontrar en casos como el de Matas en Baleares o el ‘Gürtel’ en Madrid un respiro. Y digo un respiro porque su problema es no tomar con la urgencia y la contundencia precisas las medidas que la crisis económica y el mejor modo de afrontar el futuro demandan. La parálisis queda oculta bajo los velos de las noticias de corrupción, algunas turbulentas, otras escandalosas, las demás escandalosas y turbulentas. No debería engañarse con ello porque su desplome (en la confianza y en las encuestas) no se remedia con los males del adversario sino con la percepción ciudadana de que se gira el timón y se toma el buen rumbo.

Exagera Rajoy, sin embargo, al colocar el dedo en una herida equivocada. Ayer aseguro que el presidente Rodríguez Zapatero está «obsesionado» con la oposición en vez de gobernar. Cambiar el sentido de las cosas (y el escenario del debate) es, en estos momentos, una obligación de quien pretende ofrecer a los ciudadanos una alternativa creíble y sugerente a la política del PSOE. No debe ser el de víctima, en este momento, el papel del PP, sino el de un partido que resuelve adecuadamente sus problemas internos sin dejar de atender a los de los ciudadanos, los que le han votado y los que no lo han hecho nunca, incluso los que no lo harán jamás.

Está muy bien por tanto que, de uno u otro modo, se reaccione ante la corrupción. Incluso se puede aceptar, a estas alturas, que se discuta sobre quién padece más casos y cómo reacciona ante ellos. Pero no se pueden dejar de lado, mientras se está en ésas, las graves cuestiones de las que depende el futuro del país, de las empresas y las familias.

Germán Yanke

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