Última hora

Sin complejos

Alberto Ruiz-Gallardón ha vuelto a ejercer de equilibrista en una confesión frente a Iñaki Gabilondo en CNN+. Lo que hace el alcalde de Madrid es quejarse pero poco. Dice estar ofendido por el famoso exabrupto de la presidenta de Madrid ante un micrófono abierto. Cosa muy lógica cuando a uno le mientan la madre, aunque sea por persona interpuesta. Pero eso y que sigue confiando en Mariano Rajoy son las únicas afirmaciones claras de toda la entrevista. Lo demás son declaraciones propias tanto de su carácter como de su reciente compromiso de no decir nada que pueda perjudicar a su partido.

Viene a decir así que para las meteduras de pata ya está ella, que un día habla de sus correligionarios como si estuviera acodada en una tasca y otro inaugura escuelas públicas presuntamente bilingües luciendo su inglés más exquisito. El alcalde es más amigo de la circunspección y el estilo sinuoso. Tanto, que cuando se le pregunta si se fía de Esperanza Aguirre es capaz de contestar que su obligación es "seguir trabajando con ella". Y que la confianza es un "sentimiento personal", por eso a los ciudadanos no deben afectarles las "distancias" que él tenga. El periodista, como todos los ciudadanos escandalizados por los probados tejemanejes de Aguirre en Caja Madrid, hubiera preferido oír un "no" más o menos rotundo, pero se quedó con las ganas.

Después de esta dosis de diplomacia, Esperanza Aguirre se ha negado a decir más porque no es plan de comentar sus "conversaciones privadas". "¡Ni que estuviéramos en un Estado policial!", exclama. Que ella sea capaz de pronunciar la expresión "Estado policial" sin que le pueda la risa debe ser un ejemplo de eso que llaman ir sin complejos por la vida. Mientras, los madrileños conocen el nombre del último escolta al que ascendió a director de Seguridad para estar al mando de la famosa "gestapillo".

Luz Sanchis

Comentarios