viernes, mayo 3, 2024
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La reina Isabel de Inglaterra regaña a su hija en público por no saludar a Donald Trump

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La noche del pasado martes, la reina Isabel II de Inglaterra recibió en el palacio de Buckingham a los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entre ellos el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien se hizo acompañar de su esposa Melania. Sin embargo, el momento del recibimiento no salió como se esperaba.

El vídeo publicado por RT en Español en el que se aprecia el “accidentado” encuentro se ha hecho viral en internet.

El audiovisual muestra a la monarca, de 93 años, saludando junto al príncipe Carlos y Camila de Cornualles a los Trump, mientras la princesa Ana contempla la escena unos pasos atrás. En ese instante, la reina ve a su hija y le hace un gesto impaciente con la mano indicándole que se una a ella y sus invitados. La indicación de la reina fue acompañada con una mueca de molestia. La princesa Ana, sin embargo, solo sonríe, se encoge de hombros y no se mueve de su lugar.

El Daily Mail consultó a la experta en lenguaje corporal Judi James para que hiciera un análisis de la situación. La especialista notó que la reina parecía saludar a su hija, como si le indicara que debería venir y unirse a la conversación, o continuar el acto protocolario. Judi especuló que la princesa Ana no obedeció a su madre ya que no podía estar junto a ella hasta que los Trump siguieran adelante.

Según James, el encogimiento de hombros de Ana expresado a su madre sugiere que ella se queda donde está, más por impotencia o por respeto al protocolo que por terquedad.

En las redes sociales muchos usuarios han aplaudido la acción de la princesa y han interpretado su acción como un rechazo por su parte a saludar al polémico presidente.

Esta no es la primera vez que la reina Isabel II regaña a uno de sus parientes en público. En 2016, la familia real británica se encontraba en el balcón del Palacio de Buckingham mientras presenciaban el desfile aéreo del Royal Air Force. Cuando, de repente, el príncipe William se agachó para hablar con su hijo, el príncipe George. En ese momento la reina Isabel II le dio unos golpecitos en el hombro para que se levantara, orden que su nieto obedeció de inmediato

 

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