domingo, octubre 13, 2024
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Claves para entender la nueva Selectividad: así será la prueba que podría entrar en vigor en 2024

La nueva Selectividad, que podría entrar en vigor en 2024, pretende darle un enfoque competencial a la prueba de acceso a la universidad. El objetivo es reducir la memorización y potenciar el análisis.

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Ángela Merino
Ángela Merino
Periodista y comunicadora. | [email protected]

Los exámenes de Selectividad, actualmente conocida como EBAU —Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad—, podrían sufrir cambios importantes en 2024. Este martes ha tenido lugar una prueba piloto con alumnos de 1º de Bachillerato con los cambios que plantea la Ley de Educación. En ella han participado 50 colegios de distintas regiones de España, a excepción de Aragón, País Vasco y las gobernadas por el Partido Popular, que han rechazado participar.

De esta manera, una gran parte de alunos de Catalunya, Asturias, Cantabria, La Rioja, Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha, Canarias, Navarra, Extremadura, Baleares, Ceuta y Melilla ya han realizado un primer ensayo de la prueba a la que se deberán enfrentar el año que viene si todo sigue su curso.

El ejercicio se ha dividido en dos partes, el primero ha sido de una materia común y el segundo de una de las asignaturas obligatorias dentro de su modalidad de Bachillerato. Y cada una de ellas ha tenido una duración de 105 minutos.

El objetivo de esta nueva Selectividad, según anunció el Ministerio de Educación, es darle un nuevo enfoque para que sea competencial. En cualquier caso, apuntaron que en absoluto es una decisión definitiva y probablemente los resultados de esta prueba piloto puedan influir. La intención es «evaluar al propio ministerio», según han confirmado fuentes de Educación. En líneas generales, este nuevo enfoque pretende potenciar el análisis y reducir la cantidad de conceptos que se deben memorizar.

Los grandes cambios de la nueva Selectividad

Uno de los principales cambios es que los estudiantes ahora tendrán más tiempo para cada examen: de los 90 minutos actuales pasarán a tener hasta 105. Con respecto al formato en sí de la prueba, se mantienen los porcentajes: el 40% de la nota son los resultados de la EBAU, el 60% corresponden a los de Bachillerato y los estudiantes pueden llegar hasta los 14 puntos si se presentan a tres exámenes adicionales.

Con respecto a las asignaturas, las comunes siguen siendo Lengua y Literatura, Lengua Extranjera, la obligatoria en cada modalidad —como pueden ser Matemáticas o Latín— y la novedad está en que podrán elegir entre Historia de España o Historia de la Filosofía. Esta última dejó de ser obligatoria en 2º de Bachillerato con la Ley Wert, pero ahora vuelve al currículo oficial. Eso sí, los estudiantes no tendrán que examinarse de ella obligatoriamente en Selectividad, pues podrán decantarse por Historia de España si lo prefieren.

Uno de los objetivos de este proyecto es reducir la cantidad de conceptos que los alumnos memorizan y ‘vomitan’ el día del examen sin interiorizar. Esta siempre ha sido una de las grandes críticas al sistema educativo español, por lo que ahora el objetivo es «poner al alumnado frente a situaciones de la vida real y cotidiana».

Los exámenes tienen un carácter mucho más analítico, lo que por ejemplo se ve muy representado en asignaturas como Filosofía o Historia del Arte. A través de imágenes o de simples frases se propone que los estudiantes reflexionen sobre determinados temas e incluso que los apliquen a su día a día. «¿En qué otros ámbitos de nuestra vida cotidiana podemos cuestionarnos el problema del conocimiento? Busque un ejemplo y reflexione argumentativamente sobre él», reza una de las preguntas del examen de Filosofía.

Esta cuestión, que a priori puede parecer positiva para que los alumnos sean capaces de reflexionar, también ha provocado críticas negativas por ser preguntas tremendamente abiertas. «La veo interesante como ejercicio filosófico, pero no sé cómo se corregirá, porque hay una subjetividad grande, son preguntas de disertación personal; para la clase está bien, pero para un examen donde el alumno se juega una calificación seria me genera dudas», ha apuntado Guzmán Pérez Montiel, profesor de Filosofía, según recoge el diario ABC.

Con respecto al resto de materias, destaca la desaparición del análisis sintáctico en Lengua y Literatura, que ahora restan menos las faltas de ortografía y que la literatura tiene mucho menos peso. En matemáticas ya no será necesario aprenderse las fórmulas, pues se darán en el propio examen a modo de ‘chuleta’.

¿Este examen de selectividad será definitivo?

En absoluto es definitivo y eso no se decidirá hasta el próximo mes de junio. Después de esta prueba piloto, el Ministerio de Educación ahora debe recoger las opiniones de los alumnos y los profesores con el objetivo de conocer su percepción y cómo mejorar. También pretenden saber si «la evaluación es similar en todas las comunidades», pues prentenden crear «una prueba homogénea y una corrección equiparable».

Con toda la información que recaben, en junio de este mismo año darán a conocer cómo será la prueba en 2024 y si todos estos cambios finalmente entrarán en vigor. Lo que sí se ha descartado introducir es la polémica prueba de madruez. Según el primer borrador, se trataba de un dossier con varios documentos sobre un mismo tema, pero tratados desde distintos puntos de conocimiento. Es decir, una mezcla de diferentes asignaturas, pero sobre un mismo concepto.

Sin embargo, finalmente no se aplicará, o al menos no como estaba planteada. El objetivo es encontrar una solución para introducirla de manera progresiva, es decir, «un proceso temporal intermedio hasta estar en condiciones de llegar a un modelo definitivo en el cual el enfoque competencial de la prueba sea completo».

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