martes, abril 23, 2024
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La cruel tercera ola que mantiene a Galicia semiconfinada

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El 27 de enero, con cifras inéditas, 21.293 casos activos en el recuento de la víspera por los 5.777 con los que la comunidad despidió 2020 o los 10.276 del 6 de noviembre pasado, prácticamente la mitad, fue la jornada de la entrada en vigor del riesgo extremo decretado por la Xunta para los 313 ayuntamientos, al completo.

El endurecimiento supuso cierre total de la hostelería (salvo recogida y entrega a domicilio), prohibición de reuniones de no convivientes y restricción de la movilidad al municipio de residencia salvo por motivos justificados; véase, laborales (pese a que se ha pedido teletrabajo en la medida de lo posible), educativos o aquellos de índole sanitaria.

Pero también clausura los fines de semana de las grandes superficies comerciales, comercio no esencial únicamente hasta las seis de la tarde, práctica de deporte al aire libre y con mascarilla, y paro en el funcionamiento de los gimnasios, bibliotecas, museos, clubes sociales y de los centros de jubilados.

Los espectáculos culturales no pueden realizarse, tampoco es posible acceder a los estadios deportivos y los universitarios retomaron el 8 las clases pero a distancia, la modalidad en la que continuarán hasta nuevo aviso. El toque de queda es a las diez de la noche.

Todo ello para reducir la interacción social.

“Quedan por pasar momentos muy duros”, avisó entonces el presidente Alberto Núñez Feijóo, que no se veía capaz de garantizar que este fuese el último esfuerzo.

Hace veinticuatro horas el jefe del Ejecutivo gallego se comprometió en la sesión de control del pleno del Parlamento a que la desescalada sería “medida, gradual y proporcional” en función de la situación epidemiológica y con el objetivo de “no dar pasos en falso”.

También su conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, compareció antes de la conclusión, el miércoles de la semana que viene, del período de tres semanas de severas limitaciones y aconsejó cautela por ahora al hablar de suavizar, pues si bien la tendencia es descendente, todavía tiene la catalogación de “insuficiente”.

Hacer lo contrario entiende que en este momento sería “poco prudente”, máxime cuando la situación sigue siendo a día de hoy “francamente preocupante” en las ucis.

Las cifras registradas hasta las seis de la tarde del 10 de febrero, las últimas recogidas, muestran 16.643 pacientes con infección activa y 234 enfermos en UCI junto a 911 en planta.

Las muertes, dos dígitos y más personas menores de 70 años

En 2021 son terribles las cifras de muertes a causa de este minúsculo agente infeccioso, con valores nunca vistos, ni siquiera en el trágico mes de abril.

En lo que va de febrero hay más fallecimientos por esta causa que en todo diciembre y el balance diario siempre es de dos dígitos.

Enero empezó con una decena de notificaciones de decesos pero muy pronto subió esa cifra y, aparte, en los listados hay más personas menores de 70.

De récord han sido igualmente los casos de contagios en personal sanitario y en centros de enseñanza.

Las residencias de mayores quedaron ‘blindadas’, hasta completar la inmunización, pero con todo hubo brotes y dos de ellas tuvieron que ser intervenidas por el altísimo número de infecciones.

Navidad y ‘periodos ventana’

En las fiestas navideñas, hubo períodos ventana en Galicia en los que se permitieron los desplazamientos para encuentros familiares, aunque el consejo era celebrar en el seno de la burbuja familiar. Sucedió en Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes.

A la vuelta de esos festivos, la situación empezó a complicarse. Miembros del comité clínico que asesora al Ejecutivo regional en la gestión no quieren oír hablar de salvar la Semana Santa.

El doctor Tato Vázquez Lima, jefe de Urgencias en el Hospital del Salnés, reconoce que cuando escuchó esa idea del Gobierno con la posibilidad de retomar los viajes nacionales, reaccionó de un único modo: “el vello como escarpias”.

“O nos fumigan a todos o no entiendo”, llegó a decir a Efe airado. En su última intervención ante la prensa, el pasado miércoles, apuntó que en el caso gallego lo acordado funciona pero queda “mucho trabajo” para bajar la incidencia acumulada a 14 días por debajo de los 250 casos por cada cien mil habitantes.

“Test, test y más test”, es su petición, y su deseo, bajar la cifra de muertes. “A ver si conseguimos… hasta valor cero”. Y la positividad al 3 %, pues ahora el promedio es el doble.

La presión asistencial ‘va a seguir’

El gerente del servicio gallego de salud (Sergas), José Flores, hace hincapié en que pese al acierto, a su juicio, de las medidas de choque, “la presión va a seguir” por lo que “vamos a continuar una temporada con una situación de carga”.

En Galicia hay rastreos cada vez más intensivos, cribados de saliva, con una gran acogida; y vigilancia sobre las nuevas cepas. Hay 41 casos confirmados de la británica y en Vigo se detectó el primer caso en España de la variante sudafricana en un joven trabajador del naval que contrajo la enfermedad en un viaje laboral.

Las vacunas y ‘los errores’

El proceso de vacunación continúa. La doctora Marina Varela, componente también del comité clínico, ha lamentado en una conversación con Efe que el hecho de coincidir la administración de las dosis con la tercera ola le haya quitado “brillo”.

Hubo otros episodios que también lo han hecho: vacunados en el Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) sin relación directa con los pacientes covid-19, la contestada vacunación de la consejera delegada de las residencias DomusVi, Josefina Fernández, CEO de la multinacional de geriatría privada, y la vacunación de la alcaldesa de Boimorto (A Coruña), María Jesús Novo, que se ha dado de baja del PP y este viernes ofrecerá explicaciones en un pleno extraordinario.

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