«Parecía que la evolución interanual se acercaba a cero y a tasas positivas. Hace tres meses creíamos que los dos últimos meses del año acabarían en tasas positivas, pero hoy vemos que no, que se produce una evolución casi asintótica» hacia caídas del 2%, aseguró el presidente de REE.
Según su previsión, el ejercicio concluirá con caídas de la demanda del 4% en el conjunto del año, que es el resultado de un primer semestre con descensos «de casi el -10%» y de un segundo semestre de contracción más moderada. El ritmo de aumento de demanda anterior a la crisis no se alcanzará «hasta dentro de cuatro o cinco años», asumió.
Atienza aludió además a la importancia de resolver los huecos de tensión en el mercado ibérico provocados por la caída de la producción eólica. El pasado 15 de noviembre, explicó, hubo una pérdida instantánea de 1.300 megavatios (MW) en el sistema peninsular por un problema de la parte portuguesa en la gestión de estas tecnologías.
«Ya hemos transmitido a la Administración portuguesa que es muy urgente resolver el problema de los huecos de tensión en el parque de generación eólica», afirmó, antes de citar la gestión de las renovables como uno de los principales retos de REE. La eólica, explicó, puede pasar de aportar 11.620 MW en hora de máxima producción a pocos cientos de megavatios.
Para resolver este problema, pidió que se «arbitren mecanismos que garanticen la disponibilidad de tecnologías en el sistema de generación», abogó por la implantación del coche eléctrico como instrumento para absorber la energía renovable excedentaria que se produzca por la noche y consideró necesaria la implantación de redes inteligentes para gestionar la demanda.