La israelí Elbit Systems presume de contratos con la OTAN mientras Defensa se plantea ahora vetarla en el SILAM de Escribano

Elbit Systems no parece muy preocupada por las últimas noticias que le llegan desde el Ministerio de Defensa español. El Departamento que dirige Margarita Robles, que defendió a toda costa el vínculo entre Elbit y Escribano para el desarrollo del lanzacohetes SILAM con que se dotará al Ejército de Tierra, ahora sí se plantea cortar lazos con la compañía de origen israelí.
Pero, mientras que Defensa asegura que se puede desarrollar el SILAM sin la tecnología (antes imprescindible) de Elbit, la empresa israelí presume de haber logrado contratos por valor de 330 millones de dólares (alrededor de 290 millones de euros al tipo de cambio actual) con clientes de todo el mundo... incluidos países de la OTAN.
Esos contratos, según Elbit, se están desarrollando en el ámbito naval, y abarcan desde sistemas de guerra antisubmarina y guerra electrónica hasta programas de modernización de fragatas y buques patrulleros, así como tecnologías de inteligencia y plataformas no tripuladas. Y la empresa asegura que algunas de sus soluciones ya están operativas en países aliados.
Defensa no quiere seguir los pasos de Interior
Pero el Ministerio de Defensa, y más concretamente la secretaria de Estado de Seguridad, Amparo Valcarce, se ha visto en la tesitura de lo que podría implicar mantener el vínculo entre Escribano y la compañía israelí.
Sobre todo, después del desgaste político que supuso para el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la adjudicación de un contrato de 6,6 millones de euros a la empresa israelí IMI Systems para suministrar más de 15 millones de balas a la Guardia Civil. Ese acuerdo tuvo que ser rescindido tras la presión de los socios del Gobierno y con el reconocimiento público por parte de Pedro Sánchez de que se trató de un “error”.
Hasta ese momento, Defensa había defendido el acuerdo suscrito entre Escribano y Elbit Systems para el desarrollo del SILAM. Se argumentaba que primaba el interés de la defensa nacional por encima de otros criterios, y también que el sistema de propulsión PULS de Elbit era vital para el SILAM de Escribano.
Pero, tras lo ocurrido en Interior, que también podría haber influido en la dimisión del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, su homóloga en Defensa no quiere correr la misma suerte... aunque Elbit esté lanzando el mensaje subliminal de que otros países de la OTAN sí están contratando su tecnología.
El contrato con Elbit, posterior al veto anunciado por el Gobierno
El Gobierno español anunció, tras el estallido del conflicto en Gaza en octubre de 2023, que no realizaría nuevas compras militares a empresas israelíes.
La medida fue respaldada públicamente por miembros del Ejecutivo y se presentó como un compromiso ético ante la respuesta militar de Israel en la Franja. Sin embargo, según datos del Centro Delàs de Estudios por la Paz, desde esa fecha hasta abril de 2025, el Ejecutivo ha adjudicado 46 contratos por valor de más de 1.000 millones de euros a empresas militares israelíes
En este contexto, el Ministerio de Defensa adjudicó el 15 de diciembre de 2023 el contrato del Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM), valorado en casi 700 millones de euros.
El encargo recayó en una Unión Temporal de Empresas liderada por Escribano Mechanical & Engineering, que trabaja sobre la base del sistema PULS desarrollado por la israelí Elbit Systems. Es decir, el acuerdo se cerró semanas después de que el Ejecutivo anunciara su intención de no firmar nuevas operaciones con el sector militar israelí.