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La UE eleva el tono de sus amenazas mientras el gas sigue sin llegar a Europa

El jefe del Ejecutivo comunitario calificó de "inaceptable" y de "increíble" la situación actual: "Inaceptable porque los consumidores europeos de algunos Estados miembros siguen sin gas después de una semana. Increíble porque continuamos en esta situación el día después de la firma de un acuerdo con garantías de Rusia y Ucrania para permitir que el gas fluya".

Durao Barroso responsabilizó en todo momento de la situación a las dos partes -que se acusan mutuamente- y aseguró que para los consumidores europeos no importa quién es el culpable.

"Rusia y Ucrania están mostrando que no son capaces de cumplir con sus compromisos con algunos países europeos. (...) Esos son los hechos", recalcó.

En la misma línea, el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, y el ministro checo de Industria, Martin Riman, consideraron que si el flujo de gas no se restituye inmediatamente, la credibilidad rusa y ucraniana quedará "dañada de forma irrevocable".

La CE confirmó que la mayor parte de las dificultades que ayer encontraron en Rusia y Ucrania los inspectores europeos desplazados a la zona se han resuelto y que se dan todas las condiciones técnicas para retomar el suministro.

"Ahora se verá si hay voluntad política", dijo Barroso.

Para la CE, las partes en conflicto tienen hoy una "última oportunidad".

Según Barroso, Rusia y Ucrania han anunciado que tienen intención de servir un volumen similar de gas, "alrededor de 100 millones de metros cúbicos, pero están en total desacuerdo sobre los puntos de entrada y las rutas".

Aunque recalcó que la UE no tiene la "responsabilidad" de mediar en esta situación, insistió en que se seguirá trabajando y dio la bienvenida a los contactos de Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía -tres de los países más afectados- con Moscú para tratar de resolver el asunto.

En cualquier caso, la UE parece más decidida que nunca a evitar que se repita una nueva "guerra del gas".

El nuevo presidente de turno de la Unión, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, aseguró ante el Parlamento Europeo que la crisis ha demostrado que a medio plazo es necesario diversificar las fuentes y rutas de suministro.

Entre las alternativas, recalcó la importancia de la construcción del gasoducto Nabucco, llamado a transportar gas de la zona del Caspio a la UE sin pasar por Rusia, pero también hizo un llamamiento a impulsar otras fuentes y, en concreto, a "rehabilitar" la energía nuclear.

Además, después de que Europa insistiese en hablar durante días de un problema "comercial", Topolanek reconoció hoy que el asunto tiene implicaciones "políticas y geopolíticas" y que, a largo plazo, puede influir en la dirección que tome Ucrania y en el futuro de la región.

El primer ministro checo situó el asunto energético a la cabeza de sus prioridades al frente de la UE, incluso por encima de la crisis económica.

"La crisis puede debilitar a Europa a corto plazo, pero el riesgo de cortes de energía podría destrozar inmediatamente y a largo plazo no sólo la economía europea, sino también nuestra libertad y seguridad", aseguró.

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