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EE.UU. duplica desde hoy los aranceles al acero y aluminio, del 25% al 50%

La nueva ofensiva comercial de Estados Unidos entra en vigor este miércoles, se duplican los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, que pasan del 25% al 50%
Trump anunciando los nuevos aranceles
Trump anunciando los nuevos aranceles / Archivo

La decisión, impulsada por el presidente Donald Trump, ha desatado una oleada de críticas internacionales y amenaza con desatar nuevas represalias económicas, especialmente desde Europa y China. El mandatario estadounidense justificó la medida como un paso necesario para proteger a la industria nacional frente a los bajos costes de producción de países extranjeros. Aunque en un principio contemplaba una subida al 40%, finalmente optó por el 50% tras recibir presiones de ejecutivos del sector. Es la segunda vez este año que Washington incrementa las tarifas a estos productos estratégicos, tras la subida de febrero que ya llevó los aranceles al 25% "sin excepciones".

Durante su anterior mandato, Trump ya aplicó impuestos del 25% al acero y del 10% al aluminio, aunque estos fueron parcialmente relajados gracias a acuerdos bilaterales con socios comerciales como la Unión Europea.

Europa responde con advertencias

La Comisión Europea ha expresado su firme rechazo a esta nueva escalada, lamentando que “erosiona los esfuerzos negociadores” entre ambas potencias. Bruselas ya tiene preparada una batería de contramedidas que afectarían a unos 1.600 productos estadounidenses, con recargos de hasta el 25% por valor estimado de 21.000 millones de euros. Estos entrarían en vigor el 14 de julio si no se alcanza un acuerdo.

El ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, también ha criticado la medida, señalando que “complica seriamente” las posibilidades de cerrar un acuerdo equilibrado. España, que ocupa el décimo lugar entre los exportadores de acero a EE.UU., podría sufrir un impacto significativo. Según estimaciones de la Cámara de Comercio, una tasa del 25% ya implicaría una caída del 10,4% en las exportaciones; con el 50%, el golpe sería aún más severo.

El aumento de aranceles no solo afectará al comercio exterior. Las empresas estadounidenses que dependen de estas materias primas importadas ya han mostrado su preocupación por el encarecimiento de costes y las posibles disrupciones en la cadena de suministro.

China y EE.UU.: más tensión, menos diálogo

Las fricciones no se limitan al entorno transatlántico. Pekín ha acusado a Washington de “romper los compromisos” del acuerdo alcanzado en mayo en Ginebra para reducir aranceles recíprocos. China reprocha a Trump haber hecho declaraciones “distorsionadas e infundadas” y ha amenazado con tomar “medidas firmes” si continúa la escalada.

Según el pacto firmado entre ambas potencias, EE.UU. había acordado bajar aranceles del 145% al 30% y China del 125% al 10%, además de establecer un canal de diálogo permanente. Pero ese proceso ha quedado en suspenso, y las acusaciones mutuas, sumadas a recientes declaraciones sobre el posible uso militar de la fuerza en Asia, han enrarecido aún más el clima entre ambas naciones.

La industria global del acero, en vilo

Estados Unidos, con más de 26 millones de toneladas importadas anualmente, se mantiene como el mayor comprador mundial de acero fuera de la Unión Europea. La medida tendrá un efecto dominó, encareciendo los precios globales del acero y el aluminio y presionando tanto a industrias manufactureras como a consumidores.

Mientras la Casa Blanca insiste en que esta política protegerá empleos y reforzará la seguridad económica, el resto del mundo observa con preocupación un nuevo capítulo en la guerra comercial que, lejos de resolverse, parece reavivarse con más fuerza que nunca.