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Lopez-Isturiz: "La debilidad que demuestra España en su actuación exterior atrae los problemas"

Estrella Digital: ¿Cuáles cree que son los efectos más importantes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa para el futuro de Europa ?

Lopez-Isturiz: La Unión Europea ha sufrido una ampliación de diez miembros en los últimos años, una cuestión importante importante, ya que ha causado una serie de cuestiones muy positivas porque va a generar muchísimo empleo y muchísimas inversiones para las empresas pero a la vez también si las instituciones europeas no se ajustan bien todo este potencial que nos pueden dar los diez nuevos miembros puede verse muy reducido. Todo ese beneficio hay que canalizarlo bien y la única manera es adaptando las instituciones europeas a la nueva realidad y a la mentalidad de los ciudadanos, que siguen sin entender parte de los beneficios de esta ampliación y empiezan a tener miedo por ejemplo ante el posible ingreso de Turquía, Croacia u otros países. Todo eso se genera si no hay una adecuada adaptación, eso es en pocas palabras el Tratado de Lisboa, es decir adaptar las instituciones europeas y la mentalidad de los ciudadanos europeos a la nueva realidad de la ampliación y a los beneficios que puede aportar.

ED: ¿En qué beneficia el nuevo texto europeo a los ciudadanos? ¿Se conseguirá un acercamiento real de la UE a la ciudadanía?

L-I: Creo que a efecto de los ciudadanos el Tratado de Lisboa lo que hace es clarificar un poco la cuestión, sobre todo en lo que se refiere a las instituciones de Bruselas. El texto dota de mayores poderes al Parlamento Europeo, no en vano es el único órgano elegido directamente por los ciudadanos europeos, para que los ciudadanos se involucren más en la toma de decisiones de la UE, que hasta ahora sólo se realizaba en esas reuniones a puerta cerrada que son los Consejos europeos, donde los primeros ministros toman esa decisiones. Yo creo que es muy positivo que el Tratado le de ahora al Parlamento Europeo el poder necesario para intervenir en esas decisiones, eso significa que habrá debate político y habrá debate por ejemplo entre los populares y los socialistas europeos y muchos esperamos que eso atraiga mayor interés por parte del ciudadano respecto a la UE que por ahora no existe.

ED: ¿Qué opina de la elección de Catherine Ashton y Herman Van Rompuy como los rostros que liderarán la UE?

L-I: Creo que son dos elecciones un poco de transición. De Ashton no conozco mucho, en fin fue una elección del Partido Socialista Europeo para ese cargo en concreto. Hubiéramos preferido un perfil ideológicamente más bajo, como hemos hecho nosotros, porque la prioridad es implementar el Tratado de Lisboa no de iniciar una lucha ideológica cuando aún no se ha implementado ese texto. Esperemos que la señora Ashton no se meta en líos como por ejemplo lo que ha sucedido con sus declaraciones sobre Cuba, creo que ha empezado con mal pie aquí en España y en otros sentidos en una relación como es con América Latina en la que ella va a tener poco que ver, ya que probable y afortunadamente lo llevará otro comisario europeo.

Van Rompuy ha demostrado capacidad sobrada como primer ministro de Bélgica, ya que solucionó todos los problemas que tenía en su país que llevaba un año y medio sin Gobierno. Es un hombre acostumbrado a asumir cargos en momentos muy complicados y desarrollar esos cargos en su país o en este caso la UE. Creo que no es efectivamente una persona digamos conocida políticamente y de gran carisma como lo fue Tony Blair, sin embargo estamos totalmente convencidos que es la persona ideal para llevar a cabo lo que se le pide que es la implementación de la Presidencia europea que todo el mundo pedía y unas políticas de la UE cada vez más visibles. De eso seguro se va a encargar Van Rompuy como le ha recordado en su visita al presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, exactamente quien es a partir de ahora el presidente de la UE, que no es otro que Van Rompuy.

ED: ¿Cuáles cree que deben ser los ejes básicos de la Presidencia española de la UE?

L-I: Yo creo que el pilar básico debe ser justamente el que falla que es el empleo. Lo que exige todo el mundo es que durante esta Presidencia se hable de empleo que es justamente de lo que no se va a hablar. Y pongo especial interés y atención y dispuesto a ayudar en lo que es por ejemplo el Consejo de Ministros de Trabajo y Asuntos Sociales. Pienso que no quieren convocar un Consejo extraordinario sobre empleo pero queremos que el ciudadano español tenga la percepción de que la UE se preocupa, que lo hace, por el tema del empleo. Pero claro esa inciativa tiene que partir del Gobierno de España y nuestra misión será recordar constantemente eso, no de forma negativa sino de forma constructiva porque creemos que es una prioridad para el ciudadano español llegar a final de mes más allá de apoyar las cuestiones de Cuba, de Chávez y todo lo demás. Estamos en un momento doloroso con casi cuatro millones de desempleados y no es una realidad que se da únicamente en España, donde ha calado más hondamente, sino que también es una realidad europea. Pienso que el desemplo es un problema que tendríamos que afrontar más.

En segundo lugar y lógicamente hay otros temas como la cuestión económica para que los ciudadanos europeos vean que se están tomando medidas adecuadas desde la UE para impedir que vuelva a producirse una crisis como la actual. Creo que la Presidencia española es un buen momento para demostrar que la UE está trabajando en ese ámbito.

ED: ¿Cree que será posible vislumbrar una luz al final del túnel de la crisis económica durante el 2010?

L-I: En el caso europeo cada vez se ve más claro, así Alemania o de Francia o incluso Italia se están vislumbrando una serie de datos que nos inducen al optimismo. Es lo contrario de lo que ocurre en España, según los expertos y las constantes críticas que han habido desde la UE como el toque de atención sobre el incumplimiento del Pacto de Estabilidad. Creo que todo eso induce a que el Gobierno español debería tomar las medidas necesarias para que efectivamente en este 2010 la crisis pase a mejor vida. Lo deseamos todos, no hay nadie que quiera sacar un rédito político de la desgracia de cuatro millones de españoles. Lo que queremos todos es que en España haya trabajo pero no porque lo diga Zapatero sino porque los expertos así lo empiecen a ver.

ED: ¿Cuáles serán los objetivos y retos del PPE para el próximo año?

L-I: Nuestra prioridad es tener una política coordinada de todos nuestros comisarios y de todos nuestros primeros ministros, que son muchos. Se nos confío la dirección de la UE tras las elecciones, donde la mayoría de nuestros partidos miembros se alzaron con la victoria en casi todos los países europeos. La ciudadanía europea ha confiado en el centro derecha para gestionar la crisis. La responsabilidad es enorme porque lo que ocurra de aquí en adelante depende absolutamente de nosotros y de lo que lógicamente ayuden o no los socialistas europeos, cosa que dudo bastante porque como en España son gente poco dada a la actividad constructiva. Ésto se verá ahora con la audición de los comisarios europeos, donde estoy convencido de que intentarán convertir en un espectáculo. Nosotros por el contrario nos vamos a centrar, como ya hemos hecho en el Congreso de Bonn, en aportar soluciones escritas con compromisos escritos para que la gente sepa como vamos a gestionar esta crisis.

ED: ¿Cómo valora la gestión de la política exterior en España tras el caso Haidar o los secuestros del Alakrana en Somalia o la captura de tres cooperantes en Mauritania?

L-I: Lo veo con preocupación, creo que desgraciadamente vamos a ser cada vez más el objeto de más problemas en el exterior porque la debilidad que muestra siempre nuestro Gobierno atrae los problemas. Me gustaría que se mostrara más fortaleza, es decir que España no dependiese tanto de Francia, como se ha demostrado en el caso Haidar o como pasó con aquellos tripulantes de un avión que secuestraron en Somalia donde tuvo que intervenir el propio Sarkozy. Me estoy empezando a cansar de depender excesivamente de la diplomacia francesa porque creo que es negativo, no por nada conozco personalmente y les tengo mucho aprecio al ministro de Asuntos Exteriores francés y al primer ministro y se de sus capacidades sobradas, pero como español me gustaría que quién lo hiciese fuera el ministro de Asuntos Exteriores español. Moratinos está quemado y la demostración de su debilidad puede atraer los problemas.

ED: Respecto a la resolución del problema Haidar ¿cree que está relacionado con el acuerdo agrícola alcanzado entre Marruecos y la UE?

L-I: Espero que no. No lo sé pero espero que no sea así porque sino estaríamos ante un asunto de extrema gravedad si se se ha jugado con los intereses de miles de españoles en un momento crítico de la negociación de la futura Política Agraria Común (PAC). Es una vez más una demostración de esa debilidad y de los problemas que nos puede acarrear porque en vez de hacer una demostración de fuerza frente al Gobierno de Marruecos por este asunto, como si se hizo con en la crisis de Perejil, aquí lo que se ha hecho es negociar una serie de cuestiones que hasta el día de hoy desconozco. Espero que se expliquen y no me encuentre con ellas en un acuerdo fantasma, espero que no sea así porque si no será un asunto muy grave.

ED: ¿Hay preocupación en Bruselas de que esta "debilidad" que demuestra el Gobierno español se traslade a la dirección de la UE en el primer semestre del 2010?

L-I: Bueno por eso vino Van Rompuy a recordarle al presidente del Gobierno español que el presidente es él. Hay un interés por parte de las cancillerías europeas, me consta especialmente de Berlín y París, porque esta Presidencia salga bien pero no por Zapatero sino por la implementación del Tratado de Lisboa. Interesa mucho que salga bien por eso creo que le están dando toques de atención al presidente español para que se deje de fotos y de historias e iniciativas alucinantes como a las que nos tiene acostumbrados en España y que no juegue con fuego durante esta Presidencia con las política exterior de la UE.

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