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Las fotografías más íntimas de Gerhard Richter, en Photoespaña

Los comisarios Sèrgio Mah y Markus Heinzelmann han rastreado entre sesenta colecciones privadas, entre las que se encuentra la del propio artista, para reunir una selección de obras que difícilmente podrá volver a exhibirse junta.

"Es la primera ocasión en que muchos van a poder contemplar estas piezas. La exposición constituye una sorpresa. Pensábamos que toda su obra había sido publicada, pero hemos descubierto que no es así. Aquí hay 410 fotografías que no se habían visto, al menos en España", ha destacado durante la presentación Markus Heinzelmann.

Hace veinte años Gerhard Richter empezó con este trabajo, escasamente divulgado, en el que utiliza "una espátula de médico". Tras pintar sus grandes cuadros, la pintura que le queda en la espátula es la que, con diferentes técnicas, usa para intervenir en sus fotografías.

Para lograr esta representación transformada de la realidad, el artista, en ocasiones, arrastra partes de la fotografía por la pintura aún húmeda y luego la levanta con cuidado, de manera que en las capas de óleo se forman dibujos y curvas de diferente densidad y textura.

Otras veces coloca la fotografía en un lugar elegido al borde la espátula y extiende la pintura sobre ella, o salpica sobre la imagen unas gotas de pintura o la sumerge en laca diluida.

"Existe una interacción constante entre la fotografía y la pintura que da lugar a muchas y diferentes interpretaciones", en opinión de Heinzelmann, quien ha recordado que el arista alemán ha desechado el cincuenta por ciento de su producción. "Él busca la sorpresa y cuando considera que ésta no se produce, destruye la obra".

Para Francisco Serrano, director general de Fundación Telefónica, se trata de una exposición extraordinaria que invita a reflexionar sobre la fotografía y sobre el debate que plantea Richter entre pintura y fotografía "entre el realismo socialista y el expresionismo abstracto". Serrano ha recordado que muchos consideran a Richter (Dresde, 1932) como el "Picasso del siglo XXI".

El artista inició su carrera en la Academia de Dresde, donde preparó varios murales que fueron repintados por cuestiones ideológicas cuando huyó de la República Democrática Alemana y se asentó en Düsseldorf.

En 1961 la casa de subastas Christie's vendió uno de sus cuadros por casi cuatro veces el precio fijado y en 1964 tuvo su primera exposición individual a la que siguieron otras en Europa y en Estados Unidos.

Su retrospectiva "Gehard Richter: 40 años de pintura" organizada en 2002 por el MoMA de Nueva York, con 188 obras, fue la mayor exposición dedicada por este museo a un artista vivo.

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