El español David Torres y el argentino Saccomanno ganan el premio Hammet
Torres, que fue finalista del Nadal en el 2003 con El Gran silencio y ganó el Premio Tigre Juan con Las llaves del paraíso, ha conseguido el máximo galardón de literatura negra con un relato sobre el asesinato de una niña paralítica en medio de un acto de corrupción en el proceso de convertir Madrid en ciudad olímpica.
La novela 77 de Saccomano aborda por primera vez en la ficción la trama de complicidades de la sociedad civil con la dictadura, en Argentina, del general Jorge Rafael Videla, y pone sobre el tapete las distintas actitudes individuales y colectivas que favorecieron el golpe militar.
Tras conocer la concesión del galardón, el periodista y escritor bonaerense se lo ha dedicado a su hija Carla que recientemente le "hizo abuelo" y ha explicado que su obra surgió de la necesidad de dejar testimonio de una conducta social sobre la que no se había escrito casi nada.
Saccomanno explica cómo el "terror llegó a anular la razón" en la historia de un profesor homosexual que decide investigar el paradero de uno de sus alumnos desaparecido y que se ve arrastrado por las circunstancias que le obligan a "tomar partido" y acoger en su casa a una guerrillera embarazada.
El jurado de la Semana Negra concedió además el premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción publicada en el último año a Mala Vida, de Carles Quiléz, que resume siete crímenes que han marcado una época en la historia de la delincuencia en España.
presenta a unos delincuentes sanguinarios, muchos de ellos politoxicómanos, y a unos policías desmaquillados, que utilizan la primera persona para relatar sin tapujos sus andanzas a ambos lados de esa tenue línea que separa lo lícito de lo que no lo es.
Javier Negrete ha ganado el premio Espartaco a la mejor novela histórica con Salamina, una obra ambientada en la convulsa época en la que las ciudades estado de Grecia pugnaban por la preponderancia en un mundo en el que la razón se apoyaba sobre las espadas.
El premio de relatos policiales, que concede la Semana Negra junto con el Ateneo Obrero de Gijón y que es el único del festival que tiene una dotación económica, ha sido ganado por tercera vez consecutiva por el cubano Rodolfo Pérez Valero con "Dioses y Orishas", una obra que cautivó al jurado por el "respeto" estricto a las reglas del género.
Ismael Martínez Biurrum ha conseguido el Celsius a la mejor historia de ciencia ficción con Rojo alma, negro sombra, definida como "un descenso trepidante a las tinieblas de la conciencia" del protagonista, atormentado por un crimen del pasado.
El premio Silverio Cañada fue, ex aequo, para Sé que mi padre decía, un chantaje de un hijo poco escrupuloso a su padre, de Willy Urbino, y para Conducir un tráiler, del mexicano poeta y ensayista, residente en Nueva Zelanda, Rogelio Guedea.