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Veintitrés reclusos muertos en una reyerta en un penal de México

Los internos muertos, entre los que había condenados por delitos de orden federal tenían entre 19 y 49 años. Desde 2006, el acoso a los cárteles ha traído consigo una pugna entre ellos mismos por el control de las rutas de contrabando de droga. En los penales mexicanos aumentó significativamente la población de reclusos del crimen organizado en los últimos tres años, lo que ha provocado frecuentes choques entre los internos.

El caso de Durango -ubicado en el llamado "triángulo dorado de las drogas" de México-, estado que tiene en su interior y en los estados contiguos a diversos cárteles, es significativo; en sus prisiones coinciden reos de facciones enfrentadas. Desde 2008 al día de hoy, ciento treinta y tres presos han muerto en motines en cárceles mexicanas, setenta de ellos en el estado de Durango.Salvo una de las muertes, todas se produjeron en el norte del país. Los penales de Durango "son centros de baja y mediana seguridad, los cuales no están hechos para "atender internos de alta peligrosidad, apuntó hace meses con motivo de un motín el titular estatal de Seguridad Pública, Jorge Castillo.

Por el momento, la fiscalía duranguense no ha precisado a qué grupos criminales estaban ligados los implicados en esta riña. En el exterior de la prisión se han concentrado familiares de presos, en demanda de información sobre lo sucedido. El mismo penal donde sucedieron los hechos, ubicado en la carretera a Parral, a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad de Durango, capital estatal, ha sido escenario de dos incidentes similares en los últimos 16 meses, que han arrojado un total de 15 presos muertos.

Cronología

El primero de ellos tuvo lugar en marzo de 2008, con un saldo de ocho reclusos muertos; el otro, el 22 de marzo, con siete. Otro penal duranguense, el situado en la localidad de Gómez Palacio, registró asimismo un motín en agosto, con un saldo de diecinueve muertos. Los presos se enfrentaron entonces durante cuatro horas, con armas blancas y de fuego. Un centro de la misma localidad había sido objeto tiempo antes de otras dos peleas carcelarias que dejaron seis muertos.

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