Mitologías invisibles

Creo que esta frase bien puede resumir el espíritu que alienta la exposición "Mitologías Invisibles", muestra que podemos disfrutar durante estos días en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid.
La selección de casi cincuenta tratados ilustrados de los siglos XV al XVIII, auténticas joyas de la bibliofilia, custodiados en la misma institución que alberga la muestra, entre cuyos autores destacan Anglicus, Dolce, Kircher, Newton y un largo etcétera, se han convertido en el punto de partida para que profesores y alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad citada hayan elaborado diferentes medallas o libros de arte inspirados en sus ilustraciones.
El diálogo entre tradición y vanguardia, entre clasicismo y modernidad no ha podido cosechar mejores frutos, pues a la fuerza conceptual y artística de los tratados se contrapone, o se complementa, según se mire, la creatividad de unas interpretaciones absolutamente personales, plenas de la calidad y la convicción que confiere una buena técnica, rasgo este perceptible en cualquiera de los soportes que han elegido cada uno de los casi ochenta artistas participantes.
El hilo conductor de la exposición, a partir de la selección bibliográfica referida, no es otro que el decurso de los mitos a través de la ciencia y del tiempo.
En un momento, como el actual, en el que la tan manida crisis parece poner en solfa valores como juventud, creatividad y arte, esta exposición, sin embargo, enseña como nuestros jóvenes, nuestros universitarios, han sabido interiorizar una serie de mitos que, con todo lo que este término implica, a lo largo de la historia han catalizado la evolución de la cultura, cuestionando, dudando o reafirmando, a través de la estética, su validez.
Y es que efectivamente, cerrando esta reseña como la abría, nada más moderno y más clásico que estas miradas artísticas en torno al Mito, aquello que, según Lévi-Strauss, une a todos los pueblos, a todas las culturas. Miradas muy oportunas, además, en una época como la de ahora, de diversidad cultural y por qué no, quién sabe, también quizá de fractura social.
Javier García-Luengo