Obama advierte a las compañías automovilísticas de que "la paciencia del público se agota"
Obama aludía al anuncio del presidente saliente, George W. Bush, de un plan de ayuda pública a las tres empresas, que atraviesan una grave crisis, para evitar su colapso. Aunque Bush no precisó cifras, fuentes de su Gobierno indicaron que los préstamos alcanzarían los 17.400 millones de dólares (12.400 millones de euros) para GM y Chrysler. Ford ha indicado que de momento no tiene necesidad de esos créditos.
El presidente electo, que tomará posesión el próximo 20 de enero, agregó que aún no ha tenido ocasión de estudiar los detalles de la propuesta de la actual administración, por lo que desconoce si una vez que llegue a la Casa Blanca la modificará.
Sí advirtió a las automovilísticas que "la paciencia del público se está agotando", por lo que esas compañías deben presentar un plan de viabilidad que no se lleve a cabo exclusivamente a costa de sus trabajadores. Según Obama, esto obligará a las empresas a adoptar "medidas dolorosas" aunque necesarias para su supervivencia.
El presidente electo también indicó que las medidas adoptadas por el Gobierno saliente son "un paso necesario" para evitar el hundimiento del sector automovilístico estadounidense, que ha visto agravada la crisis que ya arrastraba debido a la drástica caída en las ventas en los últimos meses.
Consecuencias del colapso
El colapso del sector, explicó Obama, "hubiera tenido unas consecuencias devastadoras en nuestra economía y entre nuestros trabajadores".
De acuerdo con el plan anunciado por la Casa Blanca, General Motors y Chrysler recibirán de forma inmediata 9.400 y 4.000 millones de dólares (6.800 y 2.800 millones de euros), respectivamente. En febrero, GM tendrá acceso a otros 4.000 millones de dólares (2.800 millones de euros).
En una rueda de prensa en Detroit poco después del anuncio de Bush, los principales directivos de GM indicaron que tendrán acceso al dinero el próximo 29 de diciembre. El dinero destinado al sector del motor procederá del plan de rescate de la industria financiera que el Congreso aprobó hace unos meses, por importe de 700.000 millones de dólares.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, dijo que con la ayuda al motor ya ha gastado la primera parte del plan, 350.000 millones de dólares, y anuncia que va a pedir al Congreso que le dé acceso a la otra mitad.