La reforma sanitaria de Obama, "más cerca que nunca"
En los últimos nueve días, Obama ha efectuado nueve comparecencias públicas en favor de la medida. Además, este miércoles tiene previsto dedicar al asunto sus declaraciones iniciales en una rueda de prensa en horario de máxima audiencia, y el jueves se desplazará a Cleveland, en Ohio, también para promover la reforma. A ello se le suma todo un sinfín de entrevistas y reuniones privadas en la Casa Blanca para tratar de persuadir a los escépticos en el Congreso, que son muchos y que incluyen a un importante grupo de demócratas moderados, conocidos como los "Blue Dogs".
En una comparecencia el martes ante los medios en la Rosaleda de la Casa Blanca, Obama aseguró: "Estamos más cerca que nunca" y "vamos a lograrlo... hemos conseguido un nivel de consenso en sanidad que nunca se había alcanzado en la historia de este país".
Oposición republicana y "Blue Dogs"
La oposición republicana, y los "Blue Dogs", han expresado preocupación sobre el impacto que la reforma sanitaria, valorada en cerca de un billón de dólares, pueda tener en el ingente déficit presupuestario estadounidense, que ya supera a su vez también el billón de dólares.
Un Comité del Senado de EEUU aprobó la semana pasada un proyecto de ley que extiende la cobertura médica a casi todos los estadounidenses, con un costo de 615.000 millones de dólares en 10 años. Se trata del primer comité del Congreso que da el visto bueno a un borrador de la reforma, que aún se enfrenta a un complicado proceso para su aprobación final. Este proyecto del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado obligaría a los estadounidenses a contratar un servicio de salud y a las empresas a contribuir a su pago. Actualmente, unos 50 millones de los 300 millones de habitantes carecen de seguro de salud.
La semana pasada, en la Cámara de Representantes los líderes demócratas de otros tres comités presentaron a su vez un borrador de su propio proyecto de reforma. Ese documento contempla un incremento de los impuestos a los dos millones de estadounidenses más ricos, lo que ha provocado la ira de los republicanos. En total, el plan costaría más de 1 billón de dólares en diez años, que sería sufragado con la subida de impuestos y ahorros en el programa de salud para los ancianos (Medicare).