Obama, bueno para España
El triunfo de Barack Obama es una buena noticia para España. El reelegido presidente de los Estados Unidos sabe donde estamos y conoce los problemas que padecemos por causa de la recesión. Aunque solo fuera por eso, ya sería una buena noticia para España. Buena, en la idea de que quien seguirá como inquilino en la Casa Blanca ha intervenido en más de un ocasión a favor de nuestro país ante la inflexible canciller alemana Ángela Merkel. Por cierto, algunos medios aseguran que, harto de la intransigencia de Merkel, Obama habría elegido a Mario Draghi, el "boss" del BCE, como "interlocutor" para los asuntos económicos y financieros relacionados con la Unión Europea.
La UE es el primer cliente de los EE.UU. Son especulaciones, pero arrojan luz acerca del nuevo tiempo que se abre con el segundo mandato del hombre más poderoso del mundo. Segundo mandato que, hablando ya en clave de política norteamericana, se supone que nos permitirá conocer al verdadero Obama, al político que sabe que a partir del próximo mes de enero solo dispone de cuatro años para dejar su mejor impronta en los libros de Historia. Es en la segunda (y última) legislatura cuando los presidentes suelen actuar con menos trabas políticas. No lo va a tener fácil porque aunque los demócratas dominan en el Senado, los republicanos retienen la mayoría en el Congreso y es allí donde está el fielato por el que deben pasar todos los proyectos de ley.
Obama encarriló las dos guerras que le dejó en herencia de George Bush (Irak y Afganistán) y liquidó a Bin Laden, pero parece que por lo que le gustaría ser recordado es por la reforma (de momento, parcial) del sistema de salud norteamericano. Y, también, por la conquista de derechos para las minorías -hispanos y afroamericanos-. Minorías que, dicho sea de paso, parece que han sido la clave de su ajustada victoria frente a Mitt Romney, el candidato republicano. Un perdedor honorable que ha reconocido su derrota, invitando a sus partidarios, los republicanos, a trabajar junto a los demócratas por el bien de América. La unidad, en la diversidad -lema del país-, es otra de las lecciones que nos ofrece aquella gran nación.
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