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La mediocridad de nuestros políticos

Buenos, pues al final parece que el único que sigue empapelado por la trama Gürtel, es Barcenas. Sí, aparecen muchos nombres pero el “pringao” sigue siendo él.

Pero es que está la Gürtel y muchos casos más porque ¿Alguien puede explicar porque el único que está pagando los platos rotos de Bankia es Blesa? Nadie habla de Rato ni de todos los consejeros que pasaron sin pena ni gloria por la Audiencia Nacional para declarar. Entraron y salieron por la puerta como querubines, como ángeles inmaculados que se fueron de rositas al explicar las preferentes o la caída en picado de la entidad.

Pero da igual un caso que otro. En Andalucía tenemos los ERES. Claro es que el andaluz lo hace con gracia. Todo lo hace con más gracia, con más salero, hasta para trincar. Pero eso sí, con gracia

Todo lo hace con más gracia, con más salero, hasta para trincar

Hace un par de años – Julio Anguita – una de las personas más coherentes y consecuentes de este país, dio una serie de nombres de personalidades – hay que llamarles así, que poca vergüenza – que tenían parte de su patrimonio en Suiza. Anguita lo hizo en público, ante las cámaras de Canal Sur y dio nombres y apellidos de muchas “personalidades” que habían evadido dinero al país helvético.

Y ¿Los Pujol? Los billetes de quinientos euros corrían de Barcelona a Andorra La Vella – para ellos muy bella – sin pagar peajes, hasta que se descubrió el pastel y tuvieron que pagar quedando estigmatizados ante la sociedad.

Para terminar de rematarla, el Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro dijo recientemente que los datos de Cáritas, de que uno de cada tres niños en España vive bajo el umbral de la pobreza, es relativo. El Ministro, se quedó tan pancho. Es verdad que luego matizó. A lo peor es que la clase política es cada vez más insensible.

Ya teníamos a la corrupción y la impunidad instaladas en España. Eran sanguijuelas que chupaban la sangre a una sociedad española exangüe. Ahora también la arrogancia y el despropósito forman parte de nuestra querida clase política. Y lo peor, es que esto va a más.

Ya teníamos a la corrupción y la impunidad instaladas en España

Y esto ¿cuánto tiempo más va a seguir? Lo digo porque la sociedad esta más que harta. Que no se extrañen luego si no les votamos. Al final, es el único reducto que nos queda, nuestra defensa para que entienda que el camino no es el que ellos quieren.

Alberto Peláez

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