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La hora de Bono

Ni Chacón ni Rubalcaba. Es José Bono el único que puede devolver la ilusión al electorado del Partido Socialista. La ministra y el vicepresidente están tan amortizados como el propio Presidente. Es más, están contaminados del fracaso electoral y del gobierno que representa Zapatero.

Urge una refundación del PSOE aunque sólo sea para acometer la larga travesía en el desierto que les espera en los próximos años. Ya no se trata únicamente de elegir candidato –tiene razón Fernández Vara al querer evitar las primarias- lo que hay que hacer es reorganizar con la mínima tensión posible un partido hecho trizas. Y en esa reorganización se necesita, no sólo un buen gestor que bien podría ser Rubalcaba, sino un buen gestor y un líder. Esta segunda mitad es a lo que no llega el ministro de Interior y en cambio, sí, José Bono.

El PSOE no puede encarar las próximas elecciones generales con la simple elección de candidato y manteniendo el problema interno de la debacle del 22-M. Tiene que mostrar a los ciudadanos una nueva cara que sólo se consigue mediante la renovación y la desaparición de la actual estructura orgánica que ocupan los Blanco y Pajín, entre otros.

Aunque nadie se atreve por el momento a mentar la “bicha”, lo que el PSOE necesita con urgencia es un congreso extraordinario del que salga una nueva estructura de partido para afrontar las elecciones del año que viene a sabiendas de que dejarán el poder. El único capacitado para semejante empresa es José Bono, aunque el manchego, no obstante, debería vencer arraigadas antipatías ganadas a pulso entre sus compañeros del País Vasco y, especialmente, de Cataluña, los mismos que se inclinaron por Zapatero en el año 2000.

A día de hoy Rubalcaba y Chacón representan el fracaso de Zapatero, Bono, en cambio, está más cerca de la esperanza que necesitan los socialistas. Además, el PSOE debería resarcirle del agravio del 35º Congreso.

Aunque ahora el no esté por la labor, a Bono le ha llegado su hora.

Editorial Estrella

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