La copa en estado puro
La copa es de esos torneos que siempre deparan alguna sorpresa y nos ofrece grandes partidos como el que disputaron en el Bernabéu el Real Madrid y el Málaga. ¡Viva la copa! Lo que vimos en el Coliseum madridista fue todo un partidazo. Una delicia por lo que ofreció el equipo malacitano en la primea parte, llena de contenido y de un gran trabajo táctico que sorprendió a un apático Madrid que aun estaba de vacaciones.
Los dos goles de los visitantes llegaron a balón parado, en sendos saques de esquina que sorprendieron, primero a los centrales blancos y después a Casillas que dejó rematar a Demichelis en el área pequeña (imperdonable para un portero). El Málaga era el que tocaba y mandaba a su antojo frente a un infumable y horroroso Real Madrid que tiró los primeros 45 minutos a la basura.
Mourinho desde el banquillo no daba crédito a lo que estaba viendo, este no era su Real Madrid, intenso, aguerrido y con pegada. Era un monigote de equipo. Dos minutos antes de finalizar el primer periodo se fue a los vestuarios con caras de pocos amigos.
No sé que pasaría en la cocina del Bernabeu. De la boca de Mou debieron salir sapos y culebras y les espetó: “salir ahí y limpiar la basura del primer tiempo”. Su aviso surtió efecto, el panorama cambió radicalmente y Real Madrid que salió en la segunda parte fue el de las grandes noches. Esas noches de épica.
Y de paso Mou se la jugó, fue valiente y de una tacada, al comienzo de la segunda parte, hizo tres cambios providenciales. Khedira, Özil y Benzema sustituyeron a Arbeloa, Kaká y Callejón, que la verdad no tuvieron su noche. Lass entonces pasó a jugar de lateral derecho, rindiendo a satisfacción. El triple cambio fue agua bendita para el Real Madrid con un Benzema estelar, y comenzó el abordaje en un segundo acto que tuvo casi 30 minutos de acoso y derribo por parte madridista y de Benzema en particular.. Al Real Madrid le bastaron diez minutos de furia para darle la vuelta al marcador y sellar la remontada, que en una segunda parte casi perfecta, se mereció el equipo de Mourinho.
Menos mal que la jugada de los tres cambios a la vez le salió bien al técnico portugués, porque en caso contrario sus muchos detractores le hubiesen crucificado en el acto. Seguirán escondidos. Dicen que en el riesgo está el placer. Mourinho lanzó el órdago y acertó aunque algunos digan que esos cambios fueron fuegos de artificio.
Como dijo el luso después en rueda de prensa, si hubiese podido cambiar a los once al descanso los hubiese realizado. Y es que a pesar de la remontada a Mourinho no se le pasó el mosqueo. En cierta medida no le falta razón porque muchos jugadores estaban todavía de vacaciones.
Ante un gran Málaga, el Real Madrid de la segunda parte volvió a su nivel habitual destrozó los planes de Pelegrini que sigue sin ganar a Mourinho. Finalmente fue un 3-2 y pudieron ser más en esos minutos de gloria blanca. Cristiano y Benzema, lanzados como sus compañeros, fallaron ocasiones clarísimas de engordar el marcador cuando el éxtasis se había apoderado del Bernabéu.
En una semana, partido de vuelta con todo por decidirse. ¡Qué grande es la copa!