Juicios paralelos
Es cierto que vivimos momentos convulsos en la política española de los últimos tiempos. Los casos lamentables e injustificados de corrupción que han sacudido a nuestra Nación, hacen que la percepción y valoración de los ciudadanos sobre la política y los políticos, sigan hundiéndose en todas las encuestas que se realizan a lo largo y ancho de nuestro país.
Pero también es cierto, que diversos agentes políticos, coaligados con diversos medios de comunicación en algunas ocasiones, derrapan en su intento de demonizar a diversa clase política y se pasan de frenada. Su intento de atribuir acusaciones falsas a dirigentes políticos, en unos momentos en el que parece que todo vale a la hora de llevar hacia el cadalso al político de turno, sin juicio previo. A la vez, da la sensación que a día de hoy la caza al político parece ser que es el deporte favorito para muchas tertulias, programas y corrillos mediáticos.
Sin importar, quien caiga y como caiga, mientras caiga.
Se ha abierto una veda peligrosísima contra el mundo político, en el que ya da la sensación que aquí todo cabe, y que se empieza a disparar al bulto para hacer daño. Sin importar, quien caiga y como caiga, mientras caiga.
Observamos, lamentablemente como en muchos sectores de la población se comienza a generalizar y a etiquetar a todo aquél que está en la política, de ladrones y corruptos por el mero hecho de ser político. En muchos cosas se olvida que esos a los que insultan del realizan un necesario, loable y limpio servicio a la sociedad. La mayoría de los cargos institucionales de algunos partidos políticos y que insisto son insultados por el mero hecho de militar en determinadas siglas.
Es tan absurdo y tan injusto estos insultos y calificaciones detestables que a esas personas que las dicen y las afirman habría que preguntarles: Si en sus generalizaciones les parece que todos los artistas o cantantes de este país son unos desfalcadores, porque determinada persona famosa va a ingresar en prisión por ese motivo. O si todos los toreros de este país son unos delincuentes, porque un famoso torero haya sido condenado a prisión por cometer un flagrante delito. Sería tan injusto lo uno como lo otro.
Ni los insultos generalizados, ni los escraches a políticos injustamente avalados por determinados jueces, son solución alguna al malestar entendible de la mayoría de la sociedad. Afortunadamente, nuestra democracia tiene los resortes necesarios para que quien la haga la pague y sean juzgados justamente.
Pero también cabe recordar, que desgraciadamente muchos políticos han sido imputados por un juez e inmediatamente han sido condenados y linchados. Animados por esa especie de justicia popular que realizan juicios paralelos rodeada por un clan mediático. Y cuando ese político ha sido desimputado, como ha ocurrido en tantos y tantos casos, o ese político ha demostrado su inocencia de los cargos que se le acusaba y denunciaba injustamente, ya es demasiado tarde. Puesto que en la mayoría de las ocasiones, ha tenido que abandonar su cargo político y nadie de esos que le señalaban, apuntaban, insultaban y denunciaban le van a resarcir a él o a ella y a su familia del calvario sufrido.
Nadie de esos que le señalaban, apuntaban, insultaban y denunciaban le van a resarcir a él o a ella y a su familia del calvario sufrido
Ni caben esos juicios paralelos, ni caben dentro de la política el acusar a diestro y siniestro al rival, mientras que cuando le toca al propio, se utilizan varas de medir distintas que sólo sirven para desprestigiar más a la actividad política.
Carlos Iturgaiz