Gobierno y oposición: Reformas, pactos y soluciones
Terminadas las celebraciones navideñas y volviendo del espíritu tradicional a la dura realidad cotidiana, nos enfrentamos los españoles a una dura cuesta de enero y a un nuevo año del que ya nos han advertido que será duro y difícil, aunque, como también han señalado desde el Gobierno, en el último trimestre tendremos indicadores positivos que facilitarán que se pueda atisbar una cierta luz al final del túnel.
La Confederación de Organizaciones Empresariales ha anunciado que consideran que hay que profundizar en la reforma laboral, porque lo que nos sucede es, entre otras cosas, fruto de una regulación del mercado laboral muy excesiva. Los datos son sangrantes, miles de españoles están en las filas del paro con un horizonte de incertidumbre que mina las esperanzas. Muchas empresas se han acogido a EREs y han abierto la puerta para reducir el personal contratado. Incluida la administración pública que hoy es el mayor generador de desempleo, ya que se ve impelido a reestructurarse y a dimensionar adecuadamente su funcionamiento, lo cual provoca que se produzcan rescisiones, despidos y cese la contratación pública.
Nos enfrentamos a una dura cuesta de enero y a un nuevo año del que ya nos han advertido que será duro
España necesita una profunda reforma de sector público y una definición de su administración adecuada a una situación en la que ya no es permisible el desbarajuste competencial. La crisis no ha hecho más que poner en evidencia una realidad torcida por la falta de responsabilidad de los representantes públicos. Las noticias sobre el “caso Baltar” espeluznan e indignan porque son extraordinariamente representativas de una concepción patrimonialista del aparato del estado, y de la que no escapa ninguna fuerza política.
Háganse las reformas, háganse con acuerdos y como producto del diálogo. Hay una vía alternativa al incumplimiento del programa electoral del PP y al abuso de la crítica que realiza un PSOE que no es en absoluto ajeno a la responsabilidad en lo que sucede, fruto de su paso por el Gobierno hace bien poco. Pónganse de acuerdo y reduzcan con un programa nacional y de estado la desesperanza y la incertidumbre, y si son capaces de hacerlo ya verán cómo tienen menos necesidad de advertirnos sobre lo terrible que será este año.