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Eurovegas huele a podrido

Eurovegas es un proyecto nonato cargado de simbología y repleto de agujeros negros que ensombrecen su futuro, particularmente si este quiere producirse en Madrid. ESTRELLA DIGITAL está informando de algunos de los aspectos más inquietantes de las operaciones urbanísticas que acompañan la decisión que habrá de tomar el no menos inquietante Adelson, un empresario vinculado al utraconservadurismo norteamericano, al sionismo más radical y a las mafias que operan y blanquean dinero en los entornos de Las Vegas. Allí y ahora en Alcorcón ya pasa como en la Dinamarca shakesperiana, que huele a podrido.

Que el FBI investigue a este Papá Noel del siglo XXI, que se reúne con el consejero Percival Manglano y con el alcalde David Pérez cuando le viene en gana para estudiar sobre el terreno el futuro de sus inversiones, deja en un lugar poco edificante a la administración local y al Gobierno de nuestra Comunidad. Pero no es más edificante que, casualmente, los terrenos sobre los que se quieren levantar hoteles y casinos exentos de cumplir algunas leyes, pertenezcan a personas que han estado vinculadas, directa o indirectamente, con escándalos políticos, casos de narcotráfico y otras lindezas propias del siniestro mundo del hampa más cinematográfico al estilo Hollywood, o para ser más precisos al más puro estilo de Las Vegas.

La Comunidad de Madrid está en el ojo del huracán de la crisis financiera que atraviesa España. Es noticia nuestra región por la necesidad de inyectar dinero en cantidades desproporcionadas en Bankia; por haber multiplicado por dos el déficit público, arrastrando con ello el déficit nacional y poniendo en peligro la estrategia de Rajoy en Europa; por eludir las explicaciones parlamentarias con olvidos impresentables o desafiantes; por provocar a los hinchas y fomentar con ello un lío con la Corona, y por un largo etcétera de fruslerías – muchas de ellas vinculadas judicialmente con el vicepresidente del gobierno regional- con el que dejan a los madrileños a los pies de los caballos de la opinión pública global.

Ahora, el casino, los hoteles, el juego, el tabaco, los impuestos, la edificabilidad y la lotería del capricho de un hombre que, en si mismo, encarna los valores morales menos apropiados para ser defendido por un gobierno que por la mañana estudia la instalación de toda esa cadena de despropósitos y que por la tarde acude al congreso en defensa de la familia, ignorando que los niños de catorce años también son objetivo del empresario modelo investigado por el FBI.

Madrid, al igual que el resto del país, debe apostar por una economía productiva, en la que el valor de la inversión real vaya unida al valor del trabajo y en la que el compromiso con la creación de riqueza sean los motores de su desarrollo. Con apuestas de casino lo único que se hace es renovar la economía de casino que tanto ha alimentado en el pasado inmediato el gobierno de Aguirre. Así que lo mejor es confiar en que Rajoy, más temprano que tarde, busque una salida a la señora presidenta y devuelva a los madrileños que votaron a su partido la confianza que el gobierno regional anega con cada decisión que toma.

Editorial Estrella