Última hora

Etxebarría y Dragó, escritores "apátridas"

Uno nació en Madrid, otra en Valencia. A uno le hubiera gustado venir al mundo en Manila, a la otra quizás en Aberdeen, de cuya universidad es Doctora Honoris Causa. Cualquier sitio, antes que en España, la tierra que ahora repudian, asegurando uno que preferiría vivir en Filipinas, en medio de un tifón si es preciso, y la otra que no siente española. 

Si Aznar, en pleno escándalo "Filesa", le pedía a González que se fuera en 1994, cualquier español les diría a estos dos escritores algo similar: ¡Váyanse ilustres eruditos, váyanse!. Esa sería la respuesta más sencilla y real a tamaño desprecio. 

Dieciséis meses de cárcel y siete años de exilio son las bazas que puede argumentar Dragó para renegar de la tierra que le vio nacer. Un mes en 'Campamento de verano' es lo que quizás haya desatadado el ataque a la patria que le ha perdonado no un plagio sino incluso dos.

El septuagenario (sólo le quedan tres años para ser octogenario), presume de acudir a tertulias que no le interesan por seguir engordando sus arcas. La cuarentona (apenas le faltan cuatro años para ser cincuentona), alardea de haber rechazado los 30.000 euros que le ofrecía Telecinco por acudir a 'Abre los ojos y... mira'. 

Él salio de Telemadrid más que molesto por haberle retirado su 'Dragolandia', sin pararse a pensar que ninguna otra televisión le hubiera abierto sus puertas. Ella se ha querellado contra todo bicho viviente de Telecinco por meterla en 'Campamento de verano', por mucho que le dieran 6.000 euros por semana para poder pagar su deuda con Hacienda. 

En lo único que coincidian hasta la fecha, al margen de su vena literaria, era en que los dos habían ganado el Premio Planeta, o que a los dos les habían dado dicho galardón. José Manuel Lara, el hombre que se encargó de ello, debería preguntarles ahora dónde les gustaría pasar el resto de sus vidas. Cuanto más lejos mejor, y no precisamente por la salud de ambos.

La mosca