En el PSOE se juegan las sillas
Dos escenarios bien distintos se superponen en la víspera del debate sobre presupuestos – la nueva cita política importante tras las elecciones del domingo-. El PP reúne a su consejo político para hablar con la comodidad que da un extraordinario resultado electoral en Galicia, tras el nuevo fiasco de la cumbre europea y la convocatoria de una huelga general; el PSOE reúne a su ejecutiva para hablar de un fenomenal batacazo electoral sin paliativos.
El PP se reafirmará en su línea, corregirá errores tácticos pero profundizará en su estrategia; el PSOE, por el contrario, ya ha anunciado una asunción táctica de la derrota, sin poner paños calientes, y al igual que el PP, evitará tocar su línea estratégica en lo fundamental. Puede que la lectura que se haga desde la calle de este comportamiento. O lo que es lo mismo, evitarán asumir responsabilidades, que siempre suponen el riesgo de abrir la puerta a los despidos de los jefes, e introducirán pinceladas de maquillaje para disimular lo que para todos es evidente.
Que el PP es el partido victorioso, nadie lo duda. La paradoja, así es la política, se da en que el éxito conseguido en Galicia le permite anular el fracaso cosechado en Euskadi y disponer de mayor fortaleza para negociar con un poderoso PNV. Siendo el PSOE tercera fuerza en Euskadi después de haber gobernado – y perdido más de cien mil votos – los inhabilita para muchas cosas, y debería de inhabilitar al líder local para pretender dar un salto nacional. ¿Premiará el PSOE a un López derrotado con una oportunidad para disputar la Moncloa? Quizá sea esa la nueva táctica de la impostura, una vuelta más en el juego de las sillas en el que todos giran mientras dura la música y todos se sientan, da igual en cuál de ellas, cuando ésta se para.
Siempre hay uno que queda fuera. Y no será Rubalcaba. Sera uno de los Pachis. Adivinen cuál. Así, los demás, seguirán jugando como si no hubiera pasado nada.
Editorial Estrella