El nuevo farol de Mas
El presidente en funciones de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas (CiU), y el líder de ERC, Oriol Junqueras, han cerrado un acuerdo de estabilidad en Cataluña que incluye celebrar una consulta de autodeterminación en 2014.
Pero esto no es más que un acuerdo sin sentido. Basado en el miedo de Artur Mas y en el oportunismo de Oriol Junqueras. Algo imposible. No se puede mezclar el agua y el aceite.
Para empezar, va en dirección contraria al pensamiento político del votante de CiU. El votante de Convergencia y Unión es conservador. Como mucho, reformista y me acuerdo ahora de Miquel Roca Junyent. Y al convergente no le gustan los experimentos porque está en juego su dinero. ¿Qué dirán de esta locura la gente de Foment, de la Caixa, de la Cámara de Comercio, de la propia La Vanguardia que anda a la que salta, la industria agroalimentaria y, sobre todo, farmacéutica que vende a España, o la SEAT, o el Banco Sabadell cuando ERC quiere meterlos en cintura? No creo que les guste.
Y es que este acuerdo entre Mas y Junqueras va en contra de la propia idiosincrasia de la coalición política ganadora de las últimas elecciones catalanas. Y eso no tiene sentido por mucho que esté en juego un utópico referéndum.
El votante de CiU rechaza este pacto de plano porque sabe de lo que es capaz ERC y, aunque Junqueras sea más listo que Carod Rovira, el votante de la Esquerra es absolutamente contrario a la manera en que tendrá que gobernar Artur Mas, con reformas y recortes.
Pero hay más. El acuerdo va contra el pensamiento político de Duran i Lleida, que se ha cansado de repetir que sólo aceptaría ese referéndum si fuese legal. Y la consulta que propone Convergencia y la Esquerra es ilegal. Y estas son las cuentas: el Partido de Duran i Lleida tiene 13 diputados en la coalición, con lo que, si se retirase, Mas se quedaría en 37 diputados y la suma con ERC daría sólo 58. Le faltarían 10 para la mayoría absoluta. (Hace unas semanas hablé en una columna en este mismo lugar de la importancia de Duran i Lleida en esta legislatura).
Pero hay más aún. ¿Qué tiene que decir el Gobierno de este acuerdo ilegal? Lo digo por la pasta. Y Cataluña necesita pasta. Mucha pasta. Con lo que, sencillamente, le bastaría con cerrar el grifo o abrirlo a cuentagotas.
Y luego está el poder del Estado con el Tribunal Constitucional o el artículo 155 de la Constitución española… En definitiva la fuerza de la Ley. Y después Europa ¿Qué dirá Europa? Porque la UE también tiene mucho que decir… ¿Qué va a pasar entonces? Creo que nada. Entre otras cosas porque, en el acuerdo, hay una cláusula que permite posponerlo de mutuo acuerdo por causas justificadas. Y esa será su escapatoria. La de Mas y la de todos. Este acuerdo no es más que un farol propio del chantajismo nacionalista al que estamos acostumbrados.
Esto no es más que un brindis al sol de Artur Mas porque se sabe un cadáver político y le sirve para seguir huyendo y, de paso, tratar de tapar el olor que sale de Convergencia.
La Avispa
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