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El ingenio rubalcabiano

Mientras el pánico se apodera de las bolsas, que se hunden, y el BCE compra deuda soberana de España e Italia, para mantener el diferencial con el “bund” alemán en una cifra razonable, el candidato del PSOE, el Sr Rubalcaba, hace una llamada a los sindicatos y a la patronal para moderar los salarios y los beneficios, con el objeto de ganar competitividad. Parece ser su solución a los males que nos aquejan.

Lo primero que sorprende es que el Sr. Rubalcaba, que ha sido vicepresidente del Gobierno hasta hace cuatro días, no mencionase nada de esto durante el  periodo en que ha sido ministro.

Conviene recordar que fue en ese tiempo cuando tuvieron lugar las conversaciones para la reforma de la negociación colectiva entre la patronal y los sindicatos, que no llegaron a buen puerto y que fue el gobierno quien legisló sobre la materia, finalmente. La reforma no satisfizo a nadie y no contempló ningún extremo de los indicados ahora por este señor.

Lo segundo que llama la atención es que lanza su propuesta pero sin indicar como articularla. Sospecho que es debido a que no tiene muy claro como llevarlo a la práctica porque el asunto es ciertamente espinoso.

Y es espinoso porque decir a los trabajadores que tienen que trabajar más y cobrar lo mismo o menos, en aras de un beneficio empresarial, y decirle a los empresarios lo que tienen que hacer con sus beneficios es una tarea muy complicada si previamente no se da una modificación en las relaciones entre trabajadores y empresarios, en la línea que el pasado 30 de junio, indicaba desde esta columna en el artículo ¿Productividad, la falsa moneda?.

Y lo tercero es que hay que indicar al Sr. Rubalcaba es que ese acuerdo que propone, no puede ser a dos bandas solamente, patronal y sindicatos, tal y como indica, sino a tres o más, es decir, patronal, sindicatos, gobierno y resto de partidos políticos. Y es así porque lo que se busca es mejorar la competitividad y los costes salariales son sólo un componente más de los costes de producción, junto con otros como la energía, los impuestos o las cargas sociales y estos costes dependen en gran medida de las decisiones del gobierno de turno.

Quedarse sólo en reducir los costes laborales es hacer lo sencillo, no queriendo entender ni abordar el problema en su dimensión completa, que es ganar competitividad.

El proceso de deslocalización llevado a cabo en estos años pasados a favor de países como China, India o Vietnam, ha afectado a los países occidentales en el sentido de pérdida de competitividad. Ha afectado en menor medida a los tecnológicamente más desarrollados y en mayor medida a los que competían por sus menores costes salariales, como es el caso español. Por tanto, podemos decir que ganar ahora competitividad al estilo del Sr. Rubalcaba, solamente reduciendo los costes salariales, viene a ser como decir que hay que competir por un bol de arroz, un colchón de paja y una bicicleta.

Lo siento Sr. Rubalcaba pero me ha decepcionado. Siempre pensé que usted podía ser mucho más ingenioso.


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José Luis Martín Miralles

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