Cumplir antes de cambiar
Se ha celebrado esta semana un nuevo aniversario de la Constitución española del 78, envuelto en demandas y peticiones especialmente llegadas desde la izquierda española y los nacionalistas para enterrar dicha Constitución y dirigirnos hacia un nuevo proyecto constitucional que satisfaga las demandas de rupturas de los nacionalistas.
No negaré que es cierto que algunos de los artículos de la actual Constitución se han podido quedar obsoletos, y demandan una revisión como pudieran ser el acceso del primogénito real sea cual sea su sexo a la jefatura del Estado, el papel a desempeñar por el Senado más como una cámara territorial que en su actual papel, o el rol de las autonomías en la actual España del siglo XXI, donde deberían quedar cerradas las competencias del Estado y de las autonomías. Incluso algunos abogamos que en esos cambios de la Carta Magna se debe aprovechar para que desaparezca la disposición transitoria cuarta que habla de la posible incorporación de la Comunidad Foral de Navarra al Consejo General Vasco, y que es una losa y un chantaje para los navarros, son entre otros los cambios que se podrían y deberían acometer en una nueva redacción de una nueva Constitución para nuestro país.
Antes de cualquier cambio acometamos y cumplamos con lo que dice la actual Constitución
Pero a la vez que algunos piensan y creen que la defenestración de la actual Constitución es el remedio a todos los males y achaques que acontecen en nuestro país, yo les exigiría que antes de cualquier cambio acometamos y cumplamos con lo que dice la actual Constitución, tan fácil como que se cumplan todos sus artículos, pero no de boquilla, sino de hecho. Es decir, tan fácil como cumplir con la que hay antes que cambiarla.
Y me refiero a que esta Constitución dice entre otras cosas que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, o que nuestra condición de ciudadanos españoles nos ampara a lo largo y ancho de todo el país. Nada más erróneo y falaz que afirmar y dar por sentado todo esto a día de hoy.
Y si no que se lo pregunten a esos comerciantes que quieren rotular en sus comercios de Cataluña únicamente en la lengua común de todos los españoles, el español y que son sancionados y perseguidos por ello.
O que se lo pregunten a todos esos padres y madres catalanes que no pueden elegir libremente una educación en lengua española para sus hijos e hijas.
Pero que pregunten en el País Vasco si se sienten amparados por la Constitución todavía docenas de políticos, jueces o periodistas entre otros que siguen estando acompañados por escoltas, o el continuo desprecio de esos dirigentes probatasunos que se saltan las leyes constitucionales a la torera y se mofan de símbolos nacionales o humillan a las víctimas del terrorismo organizando actos de apoyos y dando ayudas económicas a los verdugos terroristas.
Los socialistas apuntan a una España federal sin saber si será federal a tiempo parcial o completo
Algunos, como los dirigentes de Podemos e Izquierda Unida, ya apuestan por darle la vuelta como un calcetín a esta Constitución, otros como los socialistas quieren cambios sin concretar ni definir los cambios, apuntando hacia una España federal sin saber si será federal a tiempo parcial o completo, ya que no daría las mismas competencias a todos sus hipotéticos estados federales, con lo que la polémica y el conflicto estarían servidos nada más empezar.
En el fondo del cambio constitucional por parte de los partidos de izquierda subyace el deseo de acabar con el espíritu de la Transición española que tanto bienestar democrático y de libertad ha dado y sigue dando a nuestro país.
Como no caben experimentos yo aconsejo a que primero haya consenso mayoritario y que desde la prudencia antes de cambiar nada seamos capaces de actualizar y cumplir con lo que tenemos que ya es bastante tarea.
Carlos Iturgaiz