viernes, abril 26, 2024
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Historias de mi vida liberal

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Bernardo Rabassa
Bernardo Rabassa
Librepensador. Maestro Nacional. Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras y Diplomado en Psicología Industrial por la Universidad Complutense de Madrid.

Edadismo, el odio a los mayores. Valor intelectual. La vejez, consecuencias sanitarias, económicas. Covid19 en residencias, genocidio.

En mi opinión particular, por lo frecuente que es, y por lo acendrado que está en nuestra sociedad española, el edadismo es la discriminación por edad. Hace referencia a todos los comportamientos inadecuados y prejuiciosos hacia las personas vinculado a su edad avanzada. Naturalmente, hay que preguntarse porque a las personas mayores las llaman despectivamente viejos, y ello viene de la inutilidad a lo que se las somete, cuando se las obliga a jubilarse y tener que dedicarse al ocio obligatorio. Naturalmente el tener teóricamente desocupada al 18,7% de la población, hace que las clases etarias anteriores a los 65 años, las vean con una imagen de inutilidad, que no se corresponde con la realidad, lo que genera agresividad y cuando esta llega a la violencia, se convierte en un delito que el actual gobierno la ha incluido en una ley. Entre las personas mayores, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social y soledad, una mayor inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras.

Según la OMS en un comunicado de prensa el 18 de marzo de 2021 en Ginebra:

El edadismo es un problema mundial. El edadismo conduce a una salud más pobre, al aislamiento social, a muertes tempranas, en un informe se pide actuar con rapidez para aplicar estrategias eficaces contra este problema. Según un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre el edadismo, se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad. 

En el informe publicado en 2021 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se pide actuar con urgencia para luchar contra el edadismo y realizar evaluaciones e informes sobre este problema con miras a revelarlo como lo que es: una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad.  

La respuesta para controlar la pandemia de COVID-19 ha mostrado lo extendido que está el edadismo: en el discurso público y en las redes sociales se han estereotipado a las personas mayores y a los jóvenes. En algunos contextos, la edad se ha utilizado como único criterio en el acceso a la atención médica y a terapias que salvan vidas y en el ordenamiento de confinamientos. «Ahora que los países trabajan en la recuperación y reconstrucción con motivo de la pandemia, no podemos permitir que estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias basados en la edad reduzcan las oportunidades para garantizar la salud, el bienestar y la dignidad de las personas en todas partes», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «En este informe se describe la naturaleza y la amplitud del problema, pero se ofrecen también soluciones en forma de intervenciones basadas en pruebas para poner fin al edadismo en todas las etapas».

El edadismo se filtra en muchas instituciones y sectores de la sociedad, incluidos los que brindan atención sanitaria y social, así como en el lugar de trabajo, los medios de comunicación y el ordenamiento jurídico. El planteamiento sobre cuestiones sanitarias basado únicamente en la edad está bastante extendido. En una revisión sistemática de 2020 se concluía que en el 85% de los 149 estudios revisados, la edad determinaba quién recibía determinados procedimientos o tratamientos médicos. 

Las personas adultas más mayores y más jóvenes se ven a menudo desfavorecidas en el lugar de trabajo, y el acceso a una educación y formación especializada se reduce significativamente con la edad 

«El edadismo contra las personas más mayores ocurre con frecuencia, no está reconocido, no se lucha contra él y tiene consecuencias de largo alcance para nuestra economía y sociedad», dijo Maria-Francesca Spatolisano, Subsecretaria General de Coordinación de Políticas y Asuntos Interinstitucionales del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. «Juntos podemos evitar este problema. Únanse al movimiento y luchen contra el edadismo».  

«La pandemia ha puesto de relieve las vulnerabilidades de las personas mayores, especialmente las más marginadas, las cuales suelen enfrentarse a actitudes discriminatorias, que se superponen a diferentes obstáculos, por ser pobres, vivir con discapacidades, ser mujeres que viven solas o pertenecer a grupos minoritarios», dijo Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas. «Hagamos que esta crisis marque un punto de inflexión en la forma en que vemos, tratamos y respondemos a las personas mayores, para que juntos podamos construir el mundo de salud, bienestar y dignidad que todos queremos para todas las edades».

El edadismo cuesta miles de millones de dólares a nuestra sociedad. En los Estados Unidos de América (EE.UU.), un estudio de 2020 mostraba que el edadismo, en forma de estereotipos negativos y de la imagen desfavorable que tienen las personas de sí mismas por motivos de edad, conducía a un exceso de costos anuales de US$ 63 000 millones en relación con las ocho enfermedades que más gastos generaban. Eso equivale a US$ 1 de cada US$ 7 empleados en esas enfermedades para el grupo de todos los estadounidenses mayores de 60 años durante un año (véase la nota para los editores). En Australia se calcula que si un 5% más de personas de más de 54 años tuviera trabajo, se generarían cada año AUD$ 48 000 millones en la economía del país. En la actualidad hay pocos datos e información sobre los costos económicos que supone el edadismo, por lo que se necesita investigar más para comprender mejor sus consecuencias económicas, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos. 

«El edadismo perjudica a todos, personas mayores y jóvenes. El problema es que a menudo está tan generalizado y aceptado —en nuestras actitudes y en políticas, leyes e instituciones— que ni siquiera nos damos cuenta de su efecto perjudicial para nuestra dignidad y nuestros derechos», dijo Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. «Tenemos que luchar abiertamente contra el edadismo y entenderlo como una violación de los derechos humanos profundamente arraigada». En el informe se señala que las políticas y leyes contra el edadismo, las actividades educativas en las que se mejora la empatía y se combaten ideas erróneas y las actividades intergeneracionales para reducir prejuicios ayudan todas ellas a reducir el problema del edadismo.

 Se alienta a todos los países y partes interesadas a utilizar estrategias basadas en pruebas, a mejorar la recopilación de datos y la investigación y a trabajar juntos para crear un movimiento con el que cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos en relación con la cuestión de la edad y el envejecimiento y para avanzar en el Decenio del Envejecimiento Saludable de las Naciones Unidas.  El edadismo se produce cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas provocando daños, desventajas e injusticias. Puede adoptar muchas formas, como prejuicios, discriminación y políticas y prácticas institucionales que perpetúan creencias estereotipadas.

En cuanto a su prevalencia, según los datos obtenidos en una encuesta realizada a 83 034 personas en 57 países, una de cada dos personas tiene actitudes moderada o altamente edadistas (es decir, estereotipos y prejuicios). Puede encontrarse más información al respecto en https://www.mdpi.com/1660-4601/17/9/3159

El exceso de costos en la atención médica: el edadismo influye en la salud a través de tres vías, la psicológica, la conductual y la fisiológica. Psicológicamente, los estereotipos negativos sobre la edad pueden aumentar el estrés; desde un punto de vista conductual, la imagen desfavorable que tienen las personas de sí mismas por motivos de edad suele predecir unos peores comportamientos en cuanto al cuidado de su salud, por ejemplo a la hora de observar las pautas de los medicamentos prescritos; fisiológicamente, los estereotipos negativos sobre la edad suelen indicar cambios cerebrales perjudiciales décadas más tarde, por ejemplo acumulación de placas y ovillos y reducción del tamaño del hipocampo.

Según un nuevo informe de las Naciones Unidas sobre el edadismo, se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad. 

El edadismo se filtra en muchas instituciones y sectores de la sociedad, incluidos los que brindan atención sanitaria y social, así como en el lugar de trabajo, los medios de comunicación y el ordenamiento jurídico. El planteamiento sobre cuestiones sanitarias basado únicamente en la edad está bastante extendido. En una revisión sistemática de 2020 se concluía que en el 85% de los 149 estudios revisados, la edad determinaba quién recibía determinados procedimientos o tratamientos médicos. 

«La pandemia ha puesto de relieve las vulnerabilidades de las personas mayores, especialmente las más marginadas, las cuales suelen enfrentarse a actitudes discriminatorias, que se superponen a diferentes obstáculos, por ser pobres, vivir con discapacidades, ser mujeres que viven solas o pertenecer a grupos minoritarios», dijo Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas. «Hagamos que esta crisis marque un punto de inflexión en la forma en que vemos, tratamos y respondemos a las personas mayores, para que juntos podamos construir el mundo de salud, bienestar y dignidad que todos queremos para todas las edades». Luchar contra el edadismo. En el informe se señala que las políticas y leyes contra el edadismo, las actividades educativas en las que se mejora la empatía y se combaten ideas erróneas y las actividades intergeneracionales para reducir prejuicios ayudan todas ellas a reducir el problema del edadismo. Se alienta a todos los países y partes interesadas a utilizar estrategias basadas en pruebas, a mejorar la recopilación de datos y la investigación y a trabajar juntos para crear un movimiento con el que cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos en relación con la cuestión de la edad y el envejecimiento y para avanzar en el Decenio del Envejecimiento Saludable de las Naciones Unidas.  

En los Estados Unidos de América, el edadismo ha generado en un año costos adicionales por valor de US$ 63 millones en tratamientos de una amplia gama de problemas de salud. En conjunto, eso supone US$ 1 de cada US$ 7 empleados en las ocho enfermedades que más gasto generan en un año para el grupo de todos los estadounidenses mayores de 60 años. “ 

  Efectivamente como lo señalaba 65 y más   El Gobierno aprobó el 9 de junio de 2020 en el Consejo de ministros el proyecto de Ley orgánica de protección integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia. La norma, que aumentará el plazo de prescripción del delito de abuso sexual a menores, lleva aparejada también una nueva regulación a los delitos de odio, incorporando la edad como causa de discriminación, tanto sobre los niños, niñas y adolescentes, como sobre las personas mayores, e incluyendo la aporofobia –fobia a las personas pobres o desfavorecidas– y la exclusión social dentro de estos tipos penales, Al final todo el mundo resulta protegido de acuerdo con la ideología del exvicepresidente 2º Pablo Iglesias que la llamó Ley Rhodes por un niño que había sufrido abusos en la infancia y luchó para que se aprobara esa ley,

      De todas maneras, el añadir un tipo penal mayor, a los delitos contra los mayores, lamento como psicólogo tener que decirlo, no hace sino aumentar la agresividad y lo que parece un sobre proteccionismo, en realidad es más perjudicial que útil. Lo adecuado sería una correcta educación en la juventud y el fomento de los valores de respeto a los mayores, a nuestros abuelos, que no podemos aceptar se nos considere inútiles, por lo que mi propuesta, es dejar trabajar a los mayores que lo deseen libremente, compaginando sus ingresos con la pensión y no penalizándoles por querer seguir en activo, dada su experiencia y sabiduría, trabajo remunerado, pagando impuestos que deberían dedicarse al Fondo de Pensiones como nuevo método de financiación. Así los mayores nos sentiríamos más completos y dignos del respeto que ahora nos niegan.

      Un estudio masivo del Fondo NEJM en América ha encontrado, que la edad más productiva en la vida de un hombre es 60-70 años. De 70 a 80 es la segunda. La tercera 50-60. La edad promedio de un ganador del Premio Nobel es de 62 años. Entonces, si tienes entre 60-70 o 70-80, tienes el mejor y el segundo mejor año de tu vida contigo. Solo nos quedan apartados de esa posibilidad los discapacitados, que con la ancianidad, mayores de 85 años, acumulan distintos trastornos como el Alzheimer o la diabetes por ejemplo, que les someten a una incapacidad manifiesta, Ahora bien mientras tengan capacidades, la labor del  Estado no es proteger, sino incentivar sus capacidades, para que tengan mejor calidad de vida, y que tengan libertad y no so pretexto de leyes para la galería, transformarlos en una masa aborregada, que vote a estos falsos profetas

. El cáncer de nuestra sociedad, es la falta de respeto a los mayores o su reclusión o confinamiento en residencias, que ya vemos por el 66% de fallecidos por el Covid 19, como lo que parecía el paraíso idílico, ha resultado una trampa, al no hospitalizar a los infectados, salvo aquellos que tuvieron recursos para escapar y recibir tratamiento. Ellos son el Luto de nuestra nación, de hecho, si aplican el edadismo a los responsables políticos, estaríamos ante responsabilidades penales a cumplir dado que Pablo Iglesias se hizo responsable de la protección en las residencias a las que dijo dedicar 300 millones de Euros, y que luego no cumplió, hasta olvidarse por completo del tema cuando dimitió, no le hace menos responsable de los muertos por Covid en residencias que no tomaron las mínimas precauciones paras evitar con el aislamiento hacia el exterior disminuir su difusión y consiguientemente mortalidad, ya que no les dejaban salir de la residencia para acudir a los hospitales donde hubieran podido recibir tratamiento.  Desde el 14 de marzo de 2020, las muertes de residentes con COVID-19 confirmado son más de 23.800. A ellas se añaden 10.492 decesos de personas con síntomas compatibles con el coronavirus -pero sin pruebas que lo corroboraran- y que vivían en estos centros, un auténtico Genocidio. En cuanto a los contagios, en las residencias de mayores se han diagnosticado mediante PCR u otra prueba diagnóstica unos 278.000 contagios en lo que va de pandemia. ¿Quién pagará por ello?

Finalmente, las leyes que protegen del odio a los mayores emanan del Consejo de Europa donde en La Convención Europea de Derechos Humanos en su artículo 14 y su Protocolo Nº 12 prohíben la discriminación por «sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional o social, pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación». Las últimas palabras incluyen la discriminación por edad. La violación de estos preceptos por los Estados que han ratificado dichos tratados puede ser denunciada ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ubicado en Estrasburgo. En la Unión Europea. El Tratado de la Unión Europea establece que la protección contra la discriminación por motivos de nacionalidad, género, origen racial o étnico, religión o creencia, discapacidad, edad u orientación sexual es un derecho fundamental de la ciudadanía de la UE. El Artículo 21-1 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea de la Unión Europea «prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de (…) edad (…).»16​. Asimismo, la Directiva Marco 2000/78/EC prohíbe la discriminación por motivo de edad en el entorno laboral.

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