Los analistas y los inversores se las prometían felices. El IBEX empezaba el año con fuerza y las apuestas para final de año superaban los dígitos. En este momento, el selectivo español apenas avanza un 0,14 en lo que va de año, aunque la estadística dice que el ejercicio acaba como termina la primera quincena del año. Así que todavía hay esperanza y también mucho que sufrir.
Habrá que dar un margen a las nuevas medidas tomadas por el gobierno de Rajoy
En el horizonte próximo demasiadas incertidumbres. Unas más próximas como el resultado de las elecciones en Italia o las negociaciones en Estados Unidos para alcanzar un acuerdo sobre el techo de gasto. Tampoco ayudan las últimas previsiones de la UE sobre la evolución de la economía de la eurozona y más concretamente las realizadas sobre España que echan por tierra las del gobierno español tanto en paro, como PIB como déficit.
Las previsiones no son certezas, así que veremos cómo influyen en ellas para bien o para mal las cuestiones endógenas y exógenas que penden sobre la economía española y en general europea. Habrá que dar un margen a las nuevas medidas tomadas por el gobierno de Rajoy el pasado viernes y por otros como la Comunidad de Madrid dirigidas fundamentalmente a aumentar la competencia y sobre todo el empleo. La previsión sobre déficit lanzada por el presidente del Gobierno en el debate sobre el estado de la nación y que apuntan a un déficit público consolidado por debajo del 7 por ciento habrá que ver en qué queda y si realmente el esfuerzo ha sido baldío o no, porque se siga gastando a manos llenas y no se haya compensado la subida de los ingresos.
En todo caso, empieza una semana decisiva, con presentación de resultados de importantes compañías como Telefónica, la mediación en la huelga de Iberia y las elecciones en Italia. Veremos si los resultados son positivos y los mercados lo valoran así. Se necesita mucho dinero y un encarecimiento de los tipos nos dejaría muy poco margen para actuar.
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Carmen Tomás