Cuando Zapatero llegó al Gobierno, con aquel hambre adanista que tenía, pensó que él (y sólo él) era capaz de arreglar el pertinaz y enconado problema económico y de personal que tenía RTVE. Y con aquel afán tan suyo, después de quemar una comisión de expertos que no tenía ni idea de lo que era aquella casa, decidió tirar de su filosofía política más genuina: que se arregle ‘como sea’. Y aquel arreglo ‘como sea’ pasó por meter en un ERE de dulce a 4.000 empleados. Con ello consiguió que todo el mundo pensase que muerto el perro se iba a acabar la rabia.
Pero aquello no era un plan. Aquello sólo era una especie de timo al mejor estilo de “Los tramposos”, aquella inolvidable película de Pedro Lazaga, porque RTVE ha cerrado las cuentas de 2010 con un déficit de 47,1 millones de euros (lo que no es moco de pavo) y porque, entre otras locuras, un 30% del presupuesto fue solo para pagar gastos de personal. O sea, que aquello se ha vuelto a llenar de gente, que el ERE de dulce se ha ido a la basura y que RTVE vuelve a tener deudas hasta con el Madelman de mi nieto.
Pero lo peor de todo es que, pese a ese brutal gasto de personal, allí quienes mandan, según los sindicatos, son Roures (Mediapro), La Sexta y Prisa. La izquierda mediática zapaterina.
¿Quiere esto decir que el 70% del presupuesto se lo reparten como buenos amigos los amigos de ZP? ¿Quiere esto decir que las empresas de medios que más dinero pierden en España adelgazan sus deudas con el presupuesto de RTVE? Todo parece indicar que sí. Siempre, insisto, según los sindicatos.
Aunque, desde luego, lo que queda meridianamente claro es que Zapatero lo único que quiso hacer con aquel ERE de dulce fue cambiar a unos profesionales que no controlaba por otros que eran amiguetes y, de paso, abrir las puertas de la madre de todos los grupos mediáticos de España a esos chicos tan listos de la “gauche divina mediática” a los que tanto quiere y que tanto nos han querido enseñar de este oficio.
Lo dicho, RTVE es otro de los grandes timos de Zapatero.
Pinocchio