Ni Rubalcaba ni Chacón esperaban que Zapatero decidiese suicidarse, políticamente, tan pronto. Los dos conocen, perfectamente, al personaje y, aunque ahora tengan que decir que fue un acto democrático y que el Presidente lo tenía todo pensado desde hace siete años, saben que eso no se lo cree ni el propio Zapatero. A la fuerza ahorcan y a ZP no le quedaba más remedio.
Tan desprevenidos les ha pillado su decisión que, en el tiempo del Faceboock y del Twitter, ambos estaban, absolutamente, en fuera de juego. Ninguno de los dos tenía cuenta en esas redes sociales. Vivían ajenos a ese mundo. Como si no existiese. Algo impensable si querían aspirar a lo que aspiran. Porque eso es malo para ser elegido. Lo poco que había sobre ellos eran dos páginas apócrifas con muy pocos simpatizantes cada una. Un desastre, en definitiva.
Pero el problema es que siguen sin reaccionar. La única actividad que ha existido, a raíz del anuncio de Zapatero, ha sido un blog de internet llamado “Carme Chacón Presidenta” y dos Twitters llamados “Ahorachacon” y “Presidentchacon”. Nada. Cosas de simpatizantes voluntariosos.
Mal empiece para los que quieren gobernarnos en un futuro no lejano.
Pinocchio