viernes, marzo 29, 2024
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Sin Álvarez ni Cascos

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Recojo parte de una estrofa de la canción de otro asturiano, el compositor Víctor Manuel, para iniciar esta columna No es precisamente la mejor de sus obras pero, viene bien al caso:

“Puedo vivir sin más bandera
que dos tibias mondas
una calavera
y los ojos de ella.
Puedo vivir sin Álvarez ni Cascos
sin poli sin gobierno
sin jueces sin tabaco”.

Pues no le faltaba razón al nieto del “picador allá en la mina”. Se puede vivir sin tabaco –máxima actualidad-, incluso sobrevivir políticamente, sin Álvarez Cascos. Sin embargo, algunos y alguna no se resignan a estar sin él. Y no es que lo diga yo, lo dicen ellos y ella. La Presidenta de la Comunidad de Madrid y Presidenta del PP madrileño, principal defensora de don Francisco, no ha ahorrado en alabanzas al que fue compañero de pupitre en el Consejo de Ministros de La Moncloa.  Por citar un ejemplo, el pasado 28 de septiembre en un foro de debate organizado por ABC y protagonizado por su mismísimo jefe, Mariano Rajoy, a Esperanza Aguirre no le tembló la voz cuando, robándole el titular del foro, dijo a su espalda que  Álvarez Casos «es el mejor candidato para el PP, para Asturias y para España y de eso no tiene nadie duda».Pues se equivocaba la Presidenta que, semana tras semana, hasta hace unos días, ha seguido con declaraciones similares en su apoyo granítico a Cascos. Había, en cambio, a quien sí le cabían dudas y, sobre todo, recelos. Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal no han tragado con la “operación rescate de Cascos” porque, es más que probable que sospecharan o supieran que detrás del retorno podría esconderse algo de más calado solo comprensible en los niveles en que se mueve la Gran Señora de Madrid. ¿Pretendía algo más doña Esperanza con su apoyo a Cascos? ¿Qué podría ser, conociendo sus ambiciones?.
 
Sea lo que sea, e ignorando si hay motivos inconfesables, lo cierto es que ha apostado por caballo perdedor. Rajoy, a quien en alguna ocasión le he llamado el “señor de la tumbona”, ha dejado que la fruta, en este caso manzana de sidra, madurara y cayera sola del árbol. Otra forma de firmeza política. Únicamente él sabe la liberación que supone no ir acompañado de Álvarez Cascos. Puede respirar con alivio pero sin dejar de mirar a sus costados. ¿Se imagina funcionando a pleno rendimiento el tándem Cascos-Aguirre? Rajoy también y por ello se sacude o deja que se vayan los guardianes del ideario aznarista.
 
Basta recuperar la hemeroteca para comprobar que quien más ha calentado los cascos a Cascos ha sido Aguirre, penúltimo resquicio del equipo de Aznar. Pero mientras la madrileña es fría, paciente y calculadora, el asturiano es vehemente y de los de rompe y rasga; y ambos han interpretado fielmente sus papeles. Tanto es así que Cascos ha roto la baraja y Aguirre, como siempre, ha vuelto ha quedarse sin disparar a la pieza, esperando quizás, un tiro más claro. Pero se le agotan el tiempo y las oportunidades, salvo que, de una vez, vaya por derecho contra el presidente de su partido. No parece que, de momento, lo vaya a hacer. Como Cascos, tiene mucho que perder y ella lo sabe. De hecho, en esta fallida “operación rescate”, se ha quedado sola y señalada, pero no resignada.
 
Prueba de ello son las palabras de su fiel vicepresidente González que, junto a otros subalternos populares de menor calado, han marcado distancias respecto a la línea oficial del partido y en obediencia cuasi militar a la generala y, sin citarlo, han fijado sus iras indisimuladas contra Rajoy. De otro modo no se entendería que  Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid y presidente del Comité Electoral del PP madrileño, haya calcado las palabras de su jefa hace tres meses: “La marcha de Francisco Álvarez Cascos del Partido Popular es mala para Asturias y para España» y «no debería haberse producido nunca». «Es sin duda uno de los grandes referentes del Partido Popular», ya que «ha dedicado 34 años de su vida a construir el principal partido de este país».
 
Uy, uy, uy…, que mala pinta tiene esto. Si Ignacio González habla por boca de su jefa es que mientras la jefa guarda silencio ya piensa en un contraataque. Aunque ella no lo lidere, faltaría más.   

Desbaratada una posible operación –otra más inconclusa- para desbancar a Rajoy, es muy probable que si Cascos decide, finalmente, presentarse a la Presidencia del Principado de Asturias necesite empuje. ¿Quién o qué le apoyará?. Los vientos solanos y las aguas de Madrid pueden no ser suficientes porque es muy probable que se enfríen y se sequen antes de cruzar los Picos de Europa.

Que tomen nota los “sopladores” y aguadores. No están las cosas para malgastar energías comunes. Ni dineros.
Mientras, Rajoy está feliz. Avanza firme sin la compañía de Álvarez ni Cascos. ¿Podría quedarse alguien más por el camino?

Alfonso García

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