Como en muchos países del mundo, Estados Unidos hace balance de las cosas buenas y malas ocurridas en el año transcurrido e incluso de la primera década del siglo. Erróneamente, porque ésta aún no ha concluido.
El caso es que la gran revista americana de deportes Sports Illustrated selecciona los diez mejores deportistas de la década, que serían, por este orden: Federer, Tiger Woods, Lance Armstrong, Michael Phelps, Kobe Bryant, Albert Pujols (fútbol americano), Tom Brady (ídem), Usain Bolt, Serena Williams y Jimmie Johnson (piloto de coches). Los aspectos notables de la lista son: a) que hay una sola mujer, b) que no hay ningún futbolista y, más llamativo, c) que ocho de los diez son de Estados Unidos.
El chovinismo se da en todas las latitudes, pero en Estados Unidos, el país más poderoso de la Tierra -prácticamente un continente-, este ombliguismo alcanza cotas muy considerables. No incluir un solo futbolista entre los diez destacados muestra una vez más que el deporte más seguido en el planeta no interesa en la nación americana. Por otra parte, también se necesita un poco de apasionamiento y de «morro» para incluir a ocho yanquis y solo a un europeo y a un centroamericano. ¿Qué clasificación harían en China, Francia o Brasil? ¿Se coincidiría en tres, cuatro de los mencionados?
Similar actitud ocurre en el mundo del celuloide. Otra publicación puntera, Entertainment Weekly, escoge las diez mejores películas del año 2009. Son todas de Estados Unidos: En el aire (George Clooney), Infames bastardos, Preciosa, The hurt locker (Los desminadores), Food Inc, 500 días de verano, El fantástico Mr. Fox, Un hombre serio, Star Trek, etc. Creo que aquí la coincidencia de los críticos europeos o asiáticos con los estadounidenses… sería aún menor que en los deportes.
Inocencio Arias