viernes, abril 19, 2024
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Los despidos de entrenadores, caros y nefastos

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La mayor tentación de los dirigentes de los clubes de fútbol es tapar su mala gestión, sus errores en lo deportivo y económico, con fichajes casi innecesarios y destituciones de entrenadores. Lo de comerse el turrón de Xixona en el club o hacerlo en casa y sin la luz del banquillo es cada temporada obsesión que persigue a los entrenadores.

La historia demuestra que los despidos apresurados no suelen tener feliz final. En la pasada temporada, el Valencia cometió el error de despedir a Quique Sánchez Flores, fichó al insensato Koeman y el equipo se salvó del descenso de la mano de Voro, quien tuvo que actuar de apagafuegos a última hora.

Esta temporada el primero en caer en desgracia fue Pep Guardiola por la derrota en Soria en el partido de la jornada inaugural del campeonato. Ahora, todas alabanzas son pocas. A Javier Aguirre hay varios periodistas militantes que lo tienen marcado casi desde el principio. El Atlético es tercero y todas las bocas están tapadas.

Manolo Jiménez ha pasado apuros en el Sevilla. Tantos, que incluso el presidente, quien debe de estar nervioso por sus problemas de Marbella, llegó a ponerlo en duda. El Sevilla vuelve a los puestos de gloria y acabaron las incógnitas.

Joaquín Caparrós, quien baila con la más fea, dirigiendo al Athletic sin fichar extranjeros ni españoles más allá de Navarra y La Rioja, llegó a estar en la cuerda floja. También disfrutará del pavo y el turrón. A Víctor le cantaron el «vete ya» en Getafe y ha pasado el temporal.

Tal vez nadie padeció tanto como Manolo Preciado en el Sporting. Su sistema, al menos de momento, ha solventado el pobre comienzo y está a ocho puntos del descenso, los mismos que le separan de la UEFA.

El Espanyol cambió de entrenador y sigue en la zona del descenso. Hizo lo propio el Real Madrid y el equipo está a doce puntos del líder. El Almería ha destituido a Gonzalo Arconada, triunfador en el Numancia, y ya veremos qué futuro le aguarda. Osasuna echó a Cuco Ziganda y contrató a José Antonio Camacho, con quien, al fin, el último domingo logró un triunfo satisfactorio.

El Alicante, en Segunda, ha despedido a cuatro entrenadores. Sigue en lugar de descenso.

Al final de temporada comprobaremos, una vez más, que la paciencia triunfa sobre el nerviosismo. Y causa menor daño económico.

Julián García Candau

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