En el valle de Aosta, en el corazón de los Alpes italianos, ha tenido lugar este martes la 1ª Cumbre Gran Continente, que reunió a cerca de 200 destacadas personalidades de la política, la empresa, la investigación y los medios de comunicación. Este foro se vislumbra como un evento anual de referencia para los principales actores de la política europea.
Los debates en la Cumbre se centraron en los desafíos que marcan el futuro de Europa: la transición verde, la transición digital y la transición geopolítica. Los participantes intercambiaron ideas y visiones sobre cómo abordar estos retos cruciales.
El contexto histórico de esta Cumbre se da después de un Consejo Europeo que marcó un hito; donde los líderes de la Unión Europea avanzaron en el proceso de ampliación hacia el Este, consolidando la unión entre los estados miembros.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, destacó la importancia de «la construcción de una base industrial europea en tiempos de guerra extendida». Durante su intervención, enfatizó que la agresión de Rusia contra Ucrania ha despertado la solidaridad europea y ha subrayado la necesidad de la defensa como un garante esencial de la soberanía e independencia europeas. Robles subrayó: «La inversión en Defensa no solo protege la paz y la seguridad, sino también nuestros valores democráticos».
La ministra hizo hincapié en la necesidad de una base industrial europea sólida para garantizar la seguridad y la resiliencia de los ciudadanos europeos. También enfatizó que esto es esencial para abordar los retos de seguridad actuales y futuros; así como para promover el empleo en tecnologías europeas.
Robles alentó a las instituciones europeas a continuar su cooperación, especialmente en la revisión estratégica de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) prevista para 2025, con el objetivo de fortalecer la cooperación industrial europea en materia de defensa.
La ministra también expresó su solidaridad con Ucrania y la importancia de ayudar en la reconstrucción del país después de la guerra. Concluyó destacando la necesidad de un liderazgo político europeísta que pueda alinearse con los objetivos de la Unión y fomentar la cooperación y el éxito industrial en toda Europa.