Gabón vive momentos de tensión y cambio drástico en su panorama político. Este martes, un grupo de militares, denominado Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI), anunció mediante una transmisión televisiva que había tomado control del país, desplazando del poder al presidente Ali Bongo. Bongo, que había estado al mando desde 2009, recientemente había sido reelegido en medio de acusaciones de fraude electoral.
Ali Bongo había asumido la presidencia tras el fallecimiento de su padre, Omar Bongo, líder histórico que gobernó Gabón durante más de cuatro décadas desde 1967. Sin embargo, las recientes elecciones, celebradas el sábado pasado, habían estado envueltas en controversia, con múltiples denuncias por parte de la oposición sobre supuestas irregularidades.
El CTRI, en su declaración, expresó su preocupación por la «crisis institucional, política, económica y social» que atraviesa el país. Como parte de sus medidas inmediatas, han cerrado las fronteras y disuelto estructuras clave del estado, incluyendo el Gobierno, el Senado, la Asamblea Nacional y el Tribunal Constitucional.
La Unión Europea, a través de Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, ha expresado su alarma por la situación en Gabón, mencionando que, de confirmarse el golpe, esto podría exacerbar la inestabilidad ya presente en la región de África occidental, que ha sido testigo de otros recientes golpes militares, como el de Níger.
Respecto a las elecciones del 26 de agosto, los militares cuestionaron la legitimidad del proceso, alegando que no se cumplían las condiciones para garantizar una votación transparente y justa. Además, señalaron fallos en la gobernanza del país, lo que, según ellos, ha llevado a Gabón al borde del caos. En este contexto, las elecciones y sus resultados han sido anulados por el CTRI.
A pesar de este escenario, los golpistas han pedido a la población mantener la calma y han asegurado su compromiso con los acuerdos internacionales de Gabón.
Antecedentes señalan que las elecciones habían culminado con una victoria para Bongo con un 64,27% de los votos, obteniendo así un tercer mandato. Sin embargo, la oposición, liderada por Albert Ondo Ossa, ha denunciado un «fraude orquestado».
El escenario post-electoral ya había sido tenso, con la desconexión de internet y la implementación de un toque de queda, que se levantó recientemente.
El panorama político en Gabón ya había estado marcado por tensiones, como en 2016 cuando Bongo ganó por un margen estrecho y se produjeron violentas protestas. Además, un intento de golpe en 2019 fue frustrado.
La situación en Gabón se suma a una tendencia preocupante en África occidental, con golpes de Estado en Mali, Guinea-Conakri, Burkina Faso y recientemente en Níger. La comunidad internacional, con Francia y la Unión Europea a la cabeza, sigue de cerca los desarrollos en Gabón, en un intento por asegurar la estabilidad en la región.