El nuevo caso de ébola que se ha detectado en Sierra Leona ha desatado todas las alarmas en el país africano. Las autoridades sanitarias se han visto obligadas a poner en cuarentena 109 personas, 28 de las cuales están catalogadas de alto riesgo por haber estado en contacto con una mujer fallecida a causa del virus la semana pasada. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabaja ya para investigar el origen, identificar los contactos e iniciar las medidas de control que impidan una mayor transmisión de la enfermedad.
Aunque la fuente del contagio sigue siendo desconocida, se ha confirmado que la víctima viajó poco antes de contraer la enfermedad cerca de la frontera con Guinea, uno de los últimos países en declararse libre del virus el pasado 7 de noviembre. Mientras incubaba el virus, la joven estuvo viviendo con otras 22 personas en una misma residencia, a las que se suman otras cinco encargadas de lavar su cuerpo, una práctica considerada como clave en la transmisión de la enfermedad.
Este nuevo brote ha causado diversos episodios de violencia durante el fin de semana, con el ataque a las casas de varios de los pacientes catalogados como de alto riesgo en Maguraka, a 200 kilómetros de la capital, Freetown, donde murió la mujer, según ha informado el Jefe Supremo Masakma III, un líder local.
La noticia del nuevo caso del mortífero virus en Sierra Leona se conoció precisamente al día siguiente de que la OMS declarara «contenidas» todas las fuentes de transmisión del ébola en África Occidental tras el fin del periodo de cuarentena en Liberia, que se unía así a Sierra Leona y Guinea en el grupo de países libres del virus durante más de seis semanas.
La OMS ha advertido en un comunicado de que la reaparición del virus en Sierra Leona pone de manifiesto el «riesgo» al que aún se enfrentan los tres países más afectados. La agencia de la ONU ha destacado que el Gobierno sierraleonés ha actuado «rápidamente para responder a este nuevo caso».
A pesar de esto, cinco días después se confirmó la muerte de la estudiante Mariatu Jalloh víctima del ébola, algo que ha provocado una ola de preocupación ante la falta de compromiso de las autoridades por seguir los protocolos básicos. Sierra Leona ha sufrido dos años de epidemia en la que han fallecido aproximadamente 11.300 personas.